Capítulo 3

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- ... Sasuke. - Llamo la mujer, teniendo toda la atención del chico sobre ella. - Es muy probable que Naruto te de una visita... No, de echo, se que vendrá a hacerte la visita. Te juro que si le dices o haces algo, estarás diez metros bajo tierra.

Está vez, la amenaza era profunda, indicándole al azabache la seriedad del asunto.

- No se preocupe por que le diga, de todos modos no me escucharía... - Dijo mirando nuevamente al techo.

La mujer rio con ironía, negando varias veces con la cabeza para luego tomar la tabla y caminar a la puerta. Antes de irse, dijo: - Naruto, te escuchará... Y lo que le digas, se lo creerá.

Dicho esto, salió de la habitación permitiendo que los Anbu ingresarán nuevamente.

Ella se estaba haciendo la misteriosa ¿Por qué? Ni puta idea.

Durante el resto del día, no hizo nada... Y ni podía de echo. Era exactamente igual a cuando había sido encerrado en la habitación de su amado, pero con la única diferencia de que un grupo de Anbu realmente molestos le hacía guardia.

Vaya vida más lujosa...

Aunque contento si la chica esa no le visita.

- Sasuke-Kun!

Mierda.

Ni él destino el quiere ¿Eh?

No respondió, permitió que la chica se sentará a su lado colocando en la mesa una canasta pequeña con fruta... Manzanas, solo eso.

¿De verdad? ¿Ni un tomate?

Y la chica diciéndo que lo conoce bien.

- Te traje manzanas, debes estar hambriento. - Dijo con una sonrisa tomando entre sus manos una de este fruto rojo.

Un Anbu, al percatarse de esto le ofreció rápidamente un Kunai, esto gracias a que había olvidado el cuchillo en casa... Incluso para eso es inútil.

- Gracias. - Le sonrió al Anbu para luego comenzar a apartar la piel de la fruta. - Sabes, Sasuke... Naruto país por mucho, casi todos por tu culpa... N-Nl te estoy culpando ni nada, s-solo es la verdad o lo que los demás creen...

Sasuke le miro con seriedad, aún permaneciendo en silencio escuchando cada palabra de la chica.

- Yo pienso que fue él mismo quien se busco ese sufrimiento, porque estaba decidido a seguir detrás de tí... - Dijo negando suavemente con la cabeza. - además, él vendrá a verte. No tiene sentido ya que tú lo detestas pero él está convencido de que no es así... Es una ingenuo idiota.

- Sakura... - Llamo mirando nuevamente al techo.

- ¿Sí, Sasuke-Kun? - Pregunto dejando las manzanas ya partidas en la mesa.

Cállate.

- - -

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados mientras Naruto caminaba por las calles de Konoha. Había recibido la noticia de la muerte de Jiraiya, su querido maestro y figura paterna, y el dolor en su corazón era abrumador. Sin embargo, sabía que debía seguir adelante, como siempre lo había hecho.

Sus pensamientos se dirigieron hacia Sasuke, el compañero de equipo que había abandonado la aldea en busca de poder y venganza. A pesar de todo lo que había pasado entre ellos, Naruto todavía sentía una profunda conexión con Sasuke, un lazo que no podía romperse fácilmente.

Decidió que era hora de visitar a Sasuke en el hospital. Quizás era el momento adecuado para hablar, para intentar entenderse mutuamente una vez más. Con determinación en su corazón, se dirigió hacia el hospital.

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