Leyes del otro mundo

Capítulo 8: Cruzando el Campo Magnético

Zhou Yu miró hacia atrás y vio a Song Zhi. Tenía un brazo agarrado y una ligera sonrisa en su rostro.

"Señor Song", asintió Zhou Yu, "no ha venido a despedirse de mí, ¿verdad?".

"¿Y si digo que realmente estoy aquí para despedirte? El mundo del otro lado es maravilloso, espero su actuación".

"Adiós, Sr. Song."

Diciendo eso, Zhou Yu se dirigió hacia la escotilla abierta de la cabina. Cuando entró en ella, la primera persona que vio fue Zhou Qing.

El pelo que le habían afeitado debido a la craneotomía había vuelto a crecer y no parecía tan delgado y cetrino como en la cama del hospital. Ahora estaba fresco y alerta.

En el momento en que vio a Zhou Yu, los ojos de Zhou Qing se abrieron de par en par, con una pizca de terror en sus ojos.

Zhou Yu se acercó a Zhou Qing y se sentó. El mecanismo de seguridad bajó automáticamente, envolviendo a Zhou Yu.

"No deberías haber venido aquí. Tienes tu propia vida". La voz de Zhou Qing no era fuerte, pero las esquinas de sus ojos se habían vuelto rojas. "Es muy peligroso allí. Yo podría morir en cualquier momento, así que no importa si arriesgo mi vida, pero cómo podrías hacer lo mismo..."

"Tú tienes cosas que quieres hacer, yo también tengo cosas que debo hacer".

Zhou Qing cerró los ojos, sus labios temblaban ligeramente. "Lo siento... y, gracias".

"Con tu agradecimiento es suficiente. No necesito que lo sientas".

Zhou Yu recorrió con la mirada toda la cabina del transbordador. Vio al joven informático Li Qian, al médico de campo Han Li y a un hombre de pelo castaño de unos cuarenta años que había conocido en su primera clase.

Zhou Yu ya lo había buscado en Internet; era el cirujano principal que había operado el quiste coloide de Zhou Qing, el doctor Daniel.

"¿Cómo es que ese ingeniero no está aquí?" dijo Zhou Yu en voz baja.

Li Qian estaba sentado en diagonal frente a Zhou Yu. Frunció los labios y dijo con impotencia: "Desde la primera clase en la que le asustó ese tipo autoproclamado "desafortunado", no ha podido dormir por la noche y ha empezado a murmurar cosas raras todo el día. He oído que le han diagnosticado depresión clínica y que actualmente está en terapia".

"Había otra posibilidad: quería dejar a Juli Corp, pero "se encargó de él".

"Ese autoproclamado "desafortunado", ¿estás hablando de mí?"

Sonó una voz perezosa y burlona, lo que hizo que Li Qian pusiera la cara y maldijera en voz baja: "¡Joder, por qué tenía que oírme!".

Wu Yun se acercó al lado de Zhou Yu y se sentó: "Hola a todos, soy el comandante de esta misión de envío del transbordador, Wu Yun. En caso de una situación de emergencia, todos deben cumplir estrictamente mis órdenes y acatar mis mandatos. Sin embargo, cualquier problema que ocurra cuando estemos montados en el transbordador sólo puede dejarse a la voluntad del cielo, no contéis conmigo para eso. ¿Quién fue el que me llamó desafortunado?"

"¿Qué? ¿Los problemas pueden ocurrir cuando estamos montados en el transbordador?" Han Li reveló una expresión de sorpresa.

"Por supuesto que pueden ocurrir problemas. Es como tomar un avión de un país a otro... Si por casualidad nos encontramos con turbulencias, truenos y relámpagos, o una puerta de cabina abierta, entonces se acabó el juego". La alegría sádica brillaba en los ojos de Wu Yun mientras hablaba.