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“It was you and me here, dancing from the star”.

Desajustó la corbata de su cuello y le echó una mirada al departamento que se veía tan malditamente desolado, tan frío.

Se quitó ese traje que se sentía tan pesado en su cuerpo, cambiándolo por una remera grande que no le pertenecía pero que aún mantenía su olor. Llevándola a su nariz, aspiró profundamente, cerrando sus ojos.

Los recuerdos llegando tan rápido como si hubieran estado viajando a la velocidad de la luz.

Se vió a sí mismo, en la biblioteca de la universidad, metido en un libro de matemáticas. Aunque a veces sus tareas resultaban ser sumamente fáciles para una persona como él que amaba con todo su ser esa ciencia, a veces solía perder el hilo de las clases, terminando por apoyar su trasero en un sillón de la biblioteca. Unos libros grandotes haciéndole compañía por horas.

Pero, como siempre, Nishimura Riki aparecía para arruinar su paz.

No es que el chico pareciera darse cuenta de su existencia ahí, en realidad no tenía ni idea de que era oído por el chico de cabellos dorados. Pero Sunoo no podía evitar reprochar mentalmente el por qué necesariamente debía hacer esas juntas con sus amigos en la biblioteca donde se suponía todos los alumnos iban a estudiar serenamente.

Solían discutir de algún tema que a Sunoo en verdad no le importaba mucho, solo esperaba irritado a que terminaran su reunión estúpida y poder seguir con sus estudios sin ninguna otra interrupción.

Pero el destino tenía planeada una idea diferente para él ese día.

— ¿Alguno tiene una idea? Pensé en entrar por la parte trasera del banco, cuando los guardias estén en su hora del almuerzo.

Eso definitivamente llamó la atención del pelirubio, haciéndole bajar su libro de álgebra. Observó el gran estante lleno de libros que lo separaba de ese grupo de chicos.

¿Ellos en verdad estaban planeando un maldito asalto al banco?

— No, no funcionará.

Por supuesto que no iba a funcionar, aunque los guardias de seguridad estuvieran almorzando, solían poner unos de reemplazo hasta que ellos terminaran de hacerlo y entonces pudieran seguir con su trabajo. Sunoo lo sabía puesto que más de una vez le tocó acompañar a su padre al banco para tratar de alargar esa deuda que tenían. La cual esperaban pagar cuando el único hijo de los Kim se recibiera como contador y tuviera un trabajo decente que pudiera darles el dinero necesario.

— ¿Y entonces qué? Debemos hacerlo antes de fin de mes.

Charlaron un poco más, los presentes sugirieron diferentes tipos de ideas que Sunoo sabía no les funcionaría, hasta que finalmente se marcharon. Pero Kim no vió al pelinegro salir también, por lo que supuso seguía ahí.

Con el pensamiento de que no debía estarle prestando atención a esas idioteces, Sunoo volvió a mirar su libro. Pero, repentinamente, una idea llegó a su cabeza.

Esa podría ser la solución a la deuda de sus padres con el banco.

Apretando sus labios, volvió a bajar su libro y, asustándolo por completo, se encontró con un Nishimura Riki parado delante suyo, sus brazos cruzados en su pecho y una mirada seria que le causó solo un poquito de incomodidad.

bonnie & clyde ♡ sunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora