𝘾𝙧𝙮 𝙛𝙤𝙧 𝙢𝙚 | sunsunki

1- Sunoo, no.

warning: habrá threesome,
no leas si sabes que no te gustará. Sunghoon top!
Niki top!
Sunoo bottom!

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Nuevo día de clases, mismo Sunoo. Sunghoon y Niki lo vieron acercarse a ellos, sonriente y llevando orejitas de gatos en la cabeza que seguramente él mismo había encargado por internet, pues las coleccionaba al tener una obsesión con ellas. Su favorita era unas color rosa pastel, pero ese día llevaba unas blancas con manchas negras que ninguno de sus dos amigos se las había visto antes.

Niki le sonrió enseguida que cruzaron miradas, viendo cómo cargaba su mochila rosada como si fuera lo más pesado del universo, cuando en realidad Niki sabía perfectamente lo liviana que era, pues Sunoo siempre se la hacía cargar.

Sunghoon no se quiso esperar a que su bajito amigo llegara a ellos y corrió a su encuentro, lo que al final ocasionó que Niki fuera tras él, y entonces ambos avanzaron hacia Sunoo como si el rubio tuviera un tipo de cuerda que usara para tirar de ellos y tenerlos a su servicio.

Sunghoon y Niki han sido amigos desde el jardín de niños, pero no fue hasta la edad de once años que conocieron a Sunoo. Y ambos siempre tuvieron una preferencia y debilidad hacia el chico, que aunque ninguno lo mencionara en voz alta, ambos sabían que la tenían.

Y es que Sunoo se comportó como el ángel de ambos desde que entró a su vida, era el amigo más dulce del mundo entero. Desde el primer momento se ganó a ambos con lo tierno que era.

Sunoo siempre estaba para cuidarlos, aconsejarlos, animarlos, comprarles comida, darles regalos y mucho más que no encontrarían en ninguna otra persona al formar una amistad. En sólo unas semanas el rubio se ganaría el corazón de cualquiera, porque verdaderamente era una bella persona por dentro y por fuera. Todas sus acciones eran sin esperar nada cambio, y a veces Niki y Sunghoon dudaban de que se diera cuenta de la manera en la que robaba el corazón de ambos.

Simplemente él era la persona más atenta y dulce, con ambos por igual y de manera despreocupada, sin dobles intenciones de por medio. Era un regalito del cielo e inevitablemente Niki y Sunghoon, al volverse su mejor amigo con el tiempo, desarrollaron un instinto de protegerlo como a su propia vida.

Sabían que Sunoo sabía defenderse solo, pero seguían queriendo evitar que algo malo le pasara a su amigo, porque lo querían de una manera que en palabras era difícil de explicar.

—¡Sunnie catboy! — gritó Sunoo en cuanto estuvo frente a ellos, sonriendo hasta que sus ojitos se volvieron muy pequeñitos a la vez que señalaba con su dedo las orejitas que adornaban su cabellera rubia.

Su grito agudo y fuerte llamó la atención de gente a su alrededor, por lo que Sunghoon borró su sonrisa enseguida.

- ¿Por qué gritas siempre? Sunsun, sólo manten la calma un poco. - le pidió el castaño, mirándolo suplicante.

Pero Sunoo no borró su sonrisa y sin prestarle atención a Sunghoon, se lanzó a abrazar a Niki mientras reía fuertemente sin importarle hacer escándalo.

- ¡Niki! ¡No tienes idea de lo que me pasó ayer! - gritó en todo el oído de Niki, lo que causó que el pelinegro hiciera una mueca al sentir un punzante dolor en su oído.

Separándose de Niki sin siquiera darle tiempo de corresponder al abrazo, Sunoo se lo llevó, arrastrándolo consigo del brazo sin prestar atención a la reacción de dolor del pelinegro.

Sunghoon rodó los ojos, siguiendo a sus amigos e intentando poder igualar el paso que llevaban, pues Sunoo caminaba todo apresurado y lleno de energía.