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—¿Cuánto tiempo, no? Yūrei.—dijo sonriendo el pelirrojo. 

Calla.—juzgó a todos con la mirada, deteniendo su mirada en la pelicrema y se acercó a ella con una expresión seria—Vaya, a ti te queda muy poco tiempo de vida, ¿no? 

—¡Descarado!—dijo furioso el rubio menor, haciendo que el más pequeño rodara los ojos. 

Retiralo si no quieres que cambie tu futuro a uno peor.—señaló al mayor, fruncido el ceño. 

—Hemos venido en son de paz, Yūrei.—intentó calmar al menor. 

Si vinierais en son de paz, ¡ese mocoso no habría tocado el reloj de esa mocosa!—la túnica se elevó en el aire hasta volar y revelar la vestimenta del menor. 

—Tranquilizate, te puedo explicar para que necesitamos tu ayuda. 

¿Sabes el desastre que se habría ocasionado si no hubiera estado pendiente? ¡Agradece que no estaba dormido! 

—¿Los fantasmas duermen?—susurró para si misma la única fémina del lugar. 

¡Más te vale que me expliques que haces aquí!—dijo sacando a todos del líquido negro. 

El pelirrojo se acercó al  menor y se acercó a su oreja, contandole todo detalle de lo ocurrido, mientras los otros observaban como el menor cambiaba a cada rato sus expresiones conforme las explicaciones. 

Al acabar la explicación el castaño se acercó al reloj de la peli crema, observandolo durante unos minutos y tocando las agujas sin moverlas. 

No.—habló finalmente, girandose a mirarlos y negando.—

—Pero, ¡eres capaz de cambiar su futuro! ¿O no puedes?—preguntó desesperado el séptimo. 

Claro que puedo, pero no quiero.—se excusó.

—¡Pero no te cuesta nada! ¡Senpai morirá pronto!—gritó acercandose más.

No me importa si se va a morir pronto, es lo que toca, a mi me tocó morir a los trece años y no me quejo, por si no te enteras, ¿estoy muerto, sabes? Claro que puedo cambiar su futuro y darle más tiempo de vida, pero no lo voy a hacer solo por que la quieres y el séptimo la ama, no la conozco de nada, no le daré más años a menos que me convezcas o me traigas a alguien  que haga que acepte.

—¿Y a quién quieres que traiga, eh? ¿Al viejo? ¿A Mirai?

Me da igual, si es necesario traer a un exorcista de verdad, hazlo y intentalo.—encogió sus hombros indiferente.

—No sé como has acabado siendo el cuarto guardián del reloj, está bien, te traeré a un exorcista de verdad, pero después no llores, séptimo, ¿vienes?—hizo un ademán para llamar al espectro,  saliendodel lugar y dejando al cuarto guardián con la pelicrema y el segundo hijo de los Minamoto.

El castaño se volvió a poner su túnica negra, poniendose también la capucha de esta, entrando al reloj negro, cuando entró el reloj subió arriba del todo, dejando sorprendidos a los dos restantes.

Todo había ocurrido muy rápido, así que no tuvieron mejor idea que ir explorando y  los relojes de todos los estudiantes, viendo que a muy pocos les quedaba poca esperanza de vida, nunca se imaginaron sabiendo el tiempo restante de todos los estudiantes de la academia, vieron también el tiempo del rubio, las agujas se movían lentamente.

El tercer guardián volvió con el mayor de los Minamoto y el séptimo, el rubio miró seriamente el lugar, juzgándolo con sus ojos, la pelicrema se asustó un poco al ver al mayor aún con su arma en manos.

—Y bien, ¿dónde está ese tal Yūrei?—preguntó seriamente.

—Ahora aparecerá.—dijo el rubio menor.


Sí lo sé, muy corto, desaparecí no sé cuanto tiempo, pero aquí estoy 👍

Perdonen si hay faltas de ortografía 😋

˗ˏˋ 𝙀𝙡 𝙘𝙪𝙖𝙧𝙩𝙤 𝙜𝙪𝙖𝙧𝙙𝙞𝙖𝙣  ˎˊ˗  Teru Minamoto x MaleReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora