Sí, está comprobado que mi pensamiento y mi diálogo interno, eso que me digo a mí mismo y eso que me repito constantemente, influye de manera directa y muy potente en cómo me siento después. Así que, sabiendo esto, ¿por qué no modificar esas afirmaciones si no son lo suficientemente agradables y positivas por otras que sí lo sean?
Pero antes de empezar a pensar de manera más positiva, primero tendremos que identificar, entender y vaciarnos de esos pensamientos que provocan o mantienen esas emociones desagradables y que nos hacen sentirnos tristes, asustados, enfadados...
Así, una vez detectados, habrá que ir poco a poco cambiándolos y modificándolos por otros alternativos y positivos. ¿Cómo? Ayúdate de una libreta y de un bolígrafo. De esta forma podrás anotarlos y que ninguno se quede en el aire y escribe a su lado el pensamiento alternativo positivo.
En esta estrategia la práctica continua es fundamental, cuánto más lo hagas, cada vez tardarás menos tiempo y con poco a poco, esta forma de pensar se automatizará y empezará a ser tu manera principal de pensar e interpretar la realidad que te rodea, consiguiendo, de verdad que te sientas mucho mejor, física y emocionalmente hablando.
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Manejo Emocional: Claves para Gestionar las Emociones
Short StoryEn este post vamos a continuar con el complejo mundo de las emociones, temática y sobre emociones positivas y también en el de emociones negativas. En esta ocasión vamos a continuar con la gestión emocional, esto es, una vez que hemos identificado l...