Capítulo 3

34 6 31
                                    

"Suceso Inesperado pt2"

Lays

Mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho,el temblor se había apoderado de todo mi cuerpo. Mellea estaba a mi lado tratando de tranquilizarme pero era en vano. Necesitaba llegar la más pronto posible al hospital.

—¿Falta mucho?- pregunté con un hilo de voz .

—Lays acabamos de subir al taxi—me miraba con confusión y no era para menos , pero no podía explicarle los motivos de mi angustia en estos momentos.

No sé cuanto tiempo demoramos en llegar. Pero para mí había pasado demasiado.
Salí corriendo apenas nos estacionamos, no sé si Mellea me seguía pero necesitaba preguntar por el señor.

Fui directo a recepción con los nervios de puntas.

—Buenas tardes. ¿sabe algo del señor que acabó de llegar en la ambulancia?- hable demasiado rápido y con la respiracion desastrosa.

—¿Y usted es ?—la enfermera me miró con una ceja levantada y con cara de pocos amigos.

— Estee... ayude al señor en la cafetería antes de que llegara la ambulancia—no sabia que más decir, Mellea llegó a mi lado toda agitaba.

—Solo familiares— dijo en tono despectivo.

—¿Peró se encuentran bien?— pase por alto su manera de responder.

—No doy informaciones a menos que sea un familiar- volvió a decir lo que ya sabía.

—Solo dígame si esta bien o no—Qué señora.

Iba a responderme cuando las puertas principales se abrieron de golpe. Un chico rubio,alto y acuerpado venia en direccion nuestra con cara de matar a todo el mundo. Me volví hacia la recepciónista para seguir insistiendo,pero estaba estática y con la boca abierta.

¿Pero qué?

Pase mis manos por sus ojos y nada, me volví hacía Mellea para buscar ayuda y estaba igual o peor que la recepcionista. El chico alto llego hasta nosotras.

—¿ Dónde está mi abuelo?—preguntó con la mandíbula apretada. Su voz ronca y dura me puso la piel de gallina, disimuladamente gire mi cabeza para poder mirarlo mejor. Claro esta que tan disimulada no era ya que tenia que alzar mi cabeza para poder verlo bien. Era una garrapata a su lado.

De verdad que era alto como de uno noventa según mis cálculos, tenía lindo perfil, mandíbula marcada, manzána de Adán grande, nariz perfilada, labios finos, pestañas pobladas y largas. Desde mi altura podía ver que tenía ojos azules, baje mi vista a su cuerpo.

Madre santa. ¿ De qué infierno salió este demonio?

Pero que hacía yo pensando eso de alguien desconocido en esas circunstancias?.

Antes de centrarme le volví a dar una repasada al monumento a mi lado.
Llevaba una sudadera negra, pero se veía que tenía unos brazotes sus manos grandes y con venas muy marcadas me lo confirman, vaqueros negros ajustado que marcaban sus piernotas y trasero a la perfección, de calzado llevaba unos tenis blanco.

Volví a levantar mi vista a su rostro y sorpresa, unos ojasos azules me escruptaban de pies a cabeza

Abrí mis ojos por la sorpresa de que me había cachado, no podía con la pena que sentía, volví a mirar al frente haciéndome la loca pero podía sentir el peso de su mirada sobre mi.

La recepcionista carraspéo y ya no tenía cara de pocos amigos, al contrario parecía una adolescencente frente al chico que le gusta.

—E- está en urgencias, los médicos aun no han dicho nada.

Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora