Secondo Capitolo

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Las olimpiadas de educación física ya habían empezado y la hora donde Louis tenía que posicionarse para hacer el tiro al arco y flecha había llegado. Solo que había un problema... o varios. No sabía cómo hacerlo ya que había faltado todas las clases de educación física de ese año. También, a unos metros de él, en bancos se encontraba el equipo de fútbol americano, donde todos de sus integrantes le hacían bullying por el simple hecho de ser gay. Bueno, todos no. El famoso Harry Styles, Luke Hemmings y Sam Fender nunca le dijeron nada al respecto, pero nunca lo defendieron, a excepción de Sam, su ángel guardián, siempre lo defendía. Para su mala suerte, no se encontraba allí, supuso que había elegido otro deporte.
Se odiaba por haber hecho el error de faltar a la mayoría de las clases de educación física, pero él tenía una justificación, y era que él, a pesar de ser un gran aficionado por el fútbol y el deporte, no le gustaba esa materia ya que sus pensamientos por él mismo se habían llenado de los insultos que le hacían sus acosadores, entonces él no se sentía suficiente en aquella materia.

Cerca de los bancos se encontraba su mejor amigo y hermano de otra sangre, Zayn. Él lo miraba con una sonrisa insegura. Sabía que si los "monos" saltaban a molestarlo, el morocho no podía hacer mucho. Aunque haga boxeo, el equipo es más grande. Zayn asintió dando a entender que empiece, y Louis se sintió agradecido de que le entregue esa confianza.

Louis hizo una mueca y sus pestañas se deslizaron en dirección al banco para ver al equipo. Se fijó en el rizado que estaba con su celular, sin expresión alguna, aburrido.

Sacudió la cabeza, suspiró y se puso en posición para tirar.

—¡Eh, Tomlinson! —escuchó una voz grave gritar y apretó la mandíbula con miedo—. ¿Qué nunca viste como se tira al blanco? Solo servís para chupar pijas, marica de mierda.

Louis se lamió los labios tratando de evitar lágrimas. Suspiró otra vez y se mordió el labio inferior y, con las manos temblantes, tiró la primera flecha. Como era de esperarse, falló en el intento y la flecha cayó apenas a un metro de sus pies.

—Que puto inútil —dijo uno en voz alta. Louis escuchó y tragó con pesadez.

Quería abandonar, lo iba a hacer pero sabía que estar en las Olimpiadas sumaban mucho promedio, y él era demasiado autoexigente para perder una oportunidad para ganar nota. Volvió a sacudir la cabeza tratando de ignorar las lágrimas que ya caían sobre sus marcadas mejillas y, de nuevo, tiró. Falló.

—Dale, Sol —escuchó a su mejor amigo hablar. Sonrió triste y se volvió a posicionar. Los insultos hacia su persona y su sexualidad no paraban, hasta otros jugadores del equipo se sumaban, y o hacían sentir peor.

—Idiotas —escuchó a alguien hablar por lo bajo. Iba a darse vuelta para ver quién era pero era demasiado tarde.

Sintió una figura corpulenta y grande detrás suyo, por la espalda. Abrió los ojos como platos, imaginando lo peor, cerró los ojos con fuerza por instinto pero sintió como su corazón dejó de latir por un milisegundo al escuchar la voz y abrió los ojos

—Louis, dejá de llorar que no se murió nadie —Harry. Su voz salió casi en un susurro y ronca—. Ahora, estás mal posicionado...

—H-harry... tus amigos t-te van a...

—Callate y, ¿qué clase de gallina sos ahora que temblás y tartamudeas? Y no son mis amigos —siguió en un susurro, con recelo y carraspeó—. No los escuches, escuchame solo a mi, concentrate en mi voz y en el blanco que por eso estás acá —demandó. 

—B-bueno —titubeó.

—Primero, tus hombros. ¿Sos diestro o zurdo?

—D-diestro —no sabía que había molestado al rizado, pero este bufó cansado.

The Night We Met [Larry Fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora