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mi nombre es tn y tengo 17. Hace tiempo que vivo en un estudio enano en el que siempre estoy sola, ya que mi madre lleva trabajando en la mansión Kim como criada algo más de 15 años y ella prácticamente vive allí. Cuando yo era un bebé mi padre nos abandonó a mi madre y a mi, y fue entonces cuando ella comenzó a trabajar en la mansión.

Pero esta historia comienza con la boda de mi madre. Como ella se iría de luna de miel y querría pasar tiempo con su nuevo esposo (el cual es super bueno con ella y siempre me trata bien) accedí a ayudarla a no perder el trabajo, y haríamos un intercambio. En el tiempo en que ella estuviese fuera yo trabajaría en su lugar. Mi madre se había sacrificado mucho por mi desde que era joven, entonces era mi turno de hacer algo por ella. 

-Tn ¿Segura de que estarás bien? -Preguntó mi madre con lágrimas en los ojos. Desde el día de la boda parecía haber rejuvenecido diez años. Mi madre me tuvo en su adolescencia, por lo que aún era bastante joven, aunque el duro trabajo como criada en la casa Kim la habían desgastado.

-Sí mamá, no te preocupes. -Respondí abrazándola. Ella agarró su maleta

-¡Tengo a la hija más buena del mundo!

-Vamos cariño. -Dijo su esposo metiendo equipaje en el maletero sonriente. -Cuídate mucho tn.

-Igualmente -Respondí apoyándome en el marco de la puerta de mi piso. Mi madre me dio un último beso en la mejilla y se subió al coche. 

Apenas quedaban unas cuantas noches de verano antes de que comenzase el curso, así que mi mejor amiga Meira vino a vivir a mi casa y nos pasamos nuestra última semana de libertad entre capítulos de "sexo en nueva york" en blu ray y canciones de la banda sonora de Mamma Mia. Aunque mi piso era pequeño era suficiente para dos adolescentes que pasaban la mayoría del tiempo en fiestas y con amigos. 

Meira trabajaba en un bar de stripers, aunque ella era simplemente una camarera con un uniforme algo subido de tono. Yo trabajaba en una gasolinera de noche, pero lo dejé ya que comenzaría como criada en la casa de los Kim.

-Tn, no quiero ir mañana a clase... -Dijo Meira tirada en la cama que compartíamos. 

-Anda aparta un poco y déjame hueco. 

-¿No podemos aprovechar que no está tu madre y quedarnos viviendo así para siempre?

-Ojalá... -Suspiré.

-¿Qué hora es? -Preguntó levantándose de repente.

-Mmmm... las 11 y 45 ¿por? -Dije mirando mi reloj de muñeca que había conseguido en una tienda de segunda mano.

-¡Mierda! -Gritó ella quitándose el pijama y poniéndose ropa arrugada del suelo. -Entro a trabajar a las 12 y encima se me olvidó avisar a Sasha de que hoy tendría que alargar su turno.

-La puedo llamar por ti.

-Sí por favor. -Dijo mientras seguía corriendo de un lado para otro.

Llamé a la otra camarera que solía compartir turno con mi amiga y con la cual habíamos quedado varias veces para salir a tomar. Sasha era una pelirroja alocada que siempre animaba mucho las fiestas y aunque la conocimos cuando Meira comenzó a trabajar en el club de strippers nos habíamos hecho muy amigas. 

Un tono... Dos tonos... Tres tonos...

-Tn ahora mismo estoy algo liada... ¡Ahhh! -Chilló la chica al otro lado de la línea.

-¿Estás bien? -Pregunté asustada.

-Ahhh siii, tn ahora no puedo hablar. 

Fue entonces que entendí que lo que pensé que eran gritos eran en realidad gemidos de Sasha.

-¿Es mal momento para decirte que tienes que volver a trabajar?

-Tengo que colgar... Dios 

Y entonces colgó la llamada. Me quedé casi en shock. Aquella chica había respondido mi llamada mientras tenía sexo con algún chico. Abracé mi almohada preguntándome por qué habría cogido el teléfono en aquella situación. 

-Creo que Sasha no podrá ir...

-¡Estoy muerta! Dios mío si me despiden se acabó. No encontraré otro trabajo y viviré debajo de un puente. -Dijo con un tono dramático teatral mientras se lavaba los dientes.

-¿Y si la sustituyo yo?

-¿Y que le digo a nuestro jefe?

-No creo que le importe si hago su mismo trabajo.

-¿Harías eso por mi? -Preguntó mi amiga con ojos de corderito degollado.

-Es un trabajo de camarera, no creo que sea tan difícil. -Dije mientras comenzaba a vestirme yo también.

-Te debo una, eres la mejor.

Tras terminar de prepararnos salimos corriendo y subimos al metro que pasaba cinco minutos antes de que diesen las doce. Conseguimos llegar a tiempo a "S&N", uno de los antros con peor fama debido a que solía haber muchos problemas entre los jefes de las dos mafias de la ciudad. Pasamos por un callejón para entrar por una puerta de atrás de metal verde con varias pintadas. 

La puerta te llevaba a una especie de vestuario donde había varias strippers preparándose frente a sus espejos adornados con boas de plumas y luces rojas. Seguí a Meira hasta su taquilla color rosa.

-Abre la taquilla de Sasha, la contraseña es 1402

-¿Cómo sabes su contraseña?

-Significa 14 de febrero, algo ñoño para una taquilla de un club...

Resoplé y abrí la taquilla. Dentro estaba el uniforme de trabajo. Comencé a ponérmelo y fue entonces cuando me di cuenta de lo escaso que era. Me miré en uno de los espejos, y aquella falda negra tapaba lo necesario para que no se me viesen las bragas. El corazón se me salía del pecho de nervios. Alguien abrió la puerta de un golpe fuerte, sacándome de mis pensamientos. 

Me giré a mirar de donde provenía el ruido, y entró un chico poco más mayor que yo. 

-Este idiota seguro que intentaba ir al baño y se confundió... -Susurré al oído de mi amiga.

-Tn... Es el jefe. -Masculló ella con una sonrisa falsa mientras me daba un fuerte pisotón con sus tacones de aguja.

-¿Quién eres tú? -Preguntó acercándose a mi. 

-Vengo en lugar de Sasha, ella... ella se encontraba muy mal.

-Tienes unas piernas preciosas, ¿cómo te llamas?

-Tn señor.

-Yo soy Yoongi, aunque aquí todos me llaman Suga. ¿Sabes bailar tn?

-¿Perdone?

-Te podría dar un trabajo de bailarina, ganarías más que como una simple camarera.

-Solo trabajaré aquí hoy, Suga.

-Si cambias de opinión ya sabes a donde ir.

Y tras decir aquellas palabras rodó sus ojos y se marchó por donde había entrado. Yo ya estaba lista, así que seguí a Meira hasta la barra y comenzaron a darme órdenes y copas. 

-Recuerda ser siempre amable tn, aunque sean unos capullos. -Me aconsejó mi amiga. -Si no les sigues el juego se cansan pronto, ¡ánimo!

Todo parecía marchar bien, hasta que, después de un par de horas repartiendo chupitos y copas y alejando a viejos de mi, llegó un grupo de tres chicos. Fui rápidamente a atenderlos como me habían mandado, pero cuando me acerqué y pude ver de quienes se trataba las piernas me comenzaron a temblar.

Frente a mi estaban los tres hermanos más sexys, ricos y poderosos de mi ciudad...


fin del capítulo, espero que os guste <3




A sus órdenes KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora