Extra: Potencial de acción

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La puerta del apartamento se abrió dándole la bienvenida a un castaño que venía entrando con una maleta a su lado, soltó un suspiro de cansancio y al cerrar la puerta sintió unos labios estamparse con los suyos tomándolo por sorpresa pues no se esperaba una bienvenida tan efusiva. 

Sugawara había extrañado tanto esa sensación. No lo había tenido durante un mes. Sabía perfectamente las razones, Tooru más que ser un simple catedrático de una buena universidad era un excelente investigador, así que ese viaje de trabajo y lleno de conferencias lo había apartado de ese hombre que le erizaba la piel hasta con el más mínimo roce. 

La espalda de Oikawa dio contra la pared mientras sus manos buscaban con ansias esa cintura que tanto había extrañado sostener, lo acercó más él de forma brusca mientras se devoraban los labios con hambre y pasión, sus lenguas se enredaban en una batalla campal donde el mayor siempre ganaba la contienda al llevar el mando y el ritmo de tan demandante beso.

Joder, la ardiente sensación los consumía incluso sin haber cruzado una palabra antes, era como si sus cuerpos hubieran decidido hablar por ellos y ellos por supuesto, no se iban a negar a los deseos tan mundanos que luchaban por hacerse presentes. Koushi se restregó con lasciva emoción y al sentir todo el cuerpo de Oikawa soltó un jadeo que el castaño con gusto atrapó, después de todo aquel sonido era la mejor música para sus exigentes oídos. 

Le encantaba hacerlo gemir y jadear, pedir por más era sin duda el placer más exquisito que el platinado podía regalarle en medio de sus entregas.

Se separaron cuando el aire les hizo falta, tenían los labios hinchados y palpitantes por más, nunca era suficiente de aquel elixir tan divino y pecaminoso 

-Veo que me extrañó- comentó el catedrático en tono burlesco a la par que sus manos bajaban hacia las caderas contrarias y él se iba acercando para probar la piel de su cuello. Sugawara echo la cabeza hacia atrás para darle más libertad al castaño sintiendo esa cálida respiración golpear su piel blanca como la porcelana -Me encanta como cada célula de tu cuerpo siempre está tan receptiva a mis simples caricias, como si esperaran el único estimulo que sólo yo puedo brindar - susurró y dejó un beso húmedo en aquella zona - Ser yo, el único de sobreponerse al umbral necesario para hacerte reaccionar y provocar un potencial de acción, es gratificante que tu cuerpo me regale todo movimiento involuntario - dejó otro beso húmedo, seductor y caliente mientras sus manos se iban colando por debajo de la playera del platinado y empezaba a repartir caricias lujuriosas cargadas del más ferviente deseo -Significa que me perteneces -

- Arg... - dejó escapar aquel jadeo al sentir las manos frías recorrer su piel -¿Ahora me va a hablar de Fisiología?- cuestionó disfrutando de esos labios que empezaban a expandir el calor por todo su cuerpo

Dios... había extrañado estar de esa forma, de sentirlo tan cerca y tan suyo, de que lo engullera sin piedad y lo dejara con marcas por todo su cuerpo. Que irónica era su situación pues se sentía en el infierno por no tener al demonio a su lado. 

-Dependerá de que tan aplicado haya sido sin mi presencia- susurró cerca de su oído para después volver a unir sus labios en esa fogosa danza. Oikawa iba retirando el cinturón del pantalón de su amante, quería tenerlo a su merced y a su disposición.

Todo ese mes había echado de menos el consumir su cuerpo con el contrario, había extrañado tocar esa piel que se derretía entre sus manos, no había duda que estaba ansioso por tomarlo ahí mismo y hacerlo suyo una y otra vez, sin embargo se estaba tomando su tiempo. Desabrochó el botón del pantalón y sin pudor o vergüenza introdujo su mano para acariciar sobre la tela esa erección que ya lo esperaba para ser atendida

-Tor...- gimió ante el primer toque y el mencionado mordió el labio inferior causando una presión excitante y desesperante. Koushi odiaba los juegos previos cuando ya había esperado demasiado tiempo, ¿acaso no era consciente de lo mucho que le tenía ganas?

FagocitosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora