Los constantes problemas de sueño y la falta de atención son lo primero que le señalaron a sus espaldas, que tarde o temprano terminarían con su propia vida, si no es que alguien caritativo lo salvara. Alguien por favor ayude a este pobre diablo.
— Mamá, Papá...Quiero hablar con ustedes.
Los adultos solo le sonríen terminando de cerrar la tienda, mientras la mujer ayuda a colocar una bufanda a su pequeño rubio, sin que este se ahorque. El hombre mayor solo sonríe atento a revisar la puerta y alarmas activadas.
— Claro cariño, ¿Deseas más café? — saca un termo rojo metálico de la mochila escolar de su hijo como si este no tuviera manos para poder sacarlo por el mismo.
— Mamá, ya no soy un niño de 10 años, y-yo puedo tomar por mí mismo... Gracias. — no quería ser maleducado, pero sentía que todo lo que hacía era ser una carga o mejor dicho era un hijo dorado protegido. — Pero si tú siempre serás mi bebito grande, no importa que tan viejo estés siempre serás mi tesorito.
Su cara fue a estampar en el pecho de su progenitora mientras que intenta retenerlo en un fuerte abrazo; estos últimos meses sus padres intentan ser más parte de su vida, ya iba a ir a la Universidad y no querían perder más tiempo sin ser una familia feliz. — Bueno, ya que me están prestando atención. — ojo con el sarcasmo disimulado. — Desearía ir a un psicólogo, antes de independizarme, es un aviso...ya estoy viendo clínicas para pagar con mis ahorros.
Los adultos se miraron entre sí callados, como si hablaran por telepatía. Vaya sorpresa de esa noticia, su pequeño de 17 años va a ir a otro doctor, pero sin la supervisión de sus sobreprotectores padres. — Corazón, respetamos tu decisión de querer preocuparte de tu...salud, pero no confío en que vayas con cualquier especialista. ¿Sí?
Asiente un poco regañado por como lo dijo su mamá, creía que solo era otra situación que tenían que darle la manito sin dejarlo hacerlo solito, pero esta vez dejará ser ayudado.
— Okey, quisiera poder solo tener privacidad cuando sean las citas...
Los padres claro que sonrieron haciendo creer al rubio que sus condiciones iban a ser respetadas; claro que no lo respetarán, su preocupación va más allá de sobreprotección sino obsesión.
Así es como la madre marca a una vieja amiga psicóloga, estudiaban en la misma universidad y sigue viviendo en South Park como cuando eran jóvenes. Ella podría darles esa seguridad de saber las preocupaciones de su hijo. — Hola Samantha, quisiera pedir una cita para una sesión por favor.
La noche nevada de South Park estaba desolada, si no fuera por una familia caminando. Un padre intentando relajar a su hijo, una mujer por teléfono y el hijo temblando por el frío que hace. Como de costumbre, el choque de energía que provoca el café al muchacho no le permitirá dormir esta noche.
— Excelente, el podrá ir a tu consultorio este sábado, sí gracias. — termina la llamada justo para llegar en frente de la residencia Tweak, y ya era hora de descansar.
Tweek solo tomó una ducha tibia para intentar dormir y bebe su té secreto para dormir, que quizás no haga efecto. — Buenas noches.
Graba un audio susurrando listo para dormir, pero sin antes de olvidar mandar una nota de voz "especial" a su amigo.
AstroBoy💙: Sueña con nosotros. AstroBoy💙: [Manda foto de el con Stripe de esa semana.]
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaban acostumbrados a mostrar su amor más física o verbalmente, aún que lleven casi 2 años tras su rompimiento el cariño no se va.
— Quiero sanar para poder seguir contigo o sin ti...— las últimas palabras del rubio fueron más para amortiguar el no sentirse tan culpable sabiendo que él fue quien terminó la relación porque sentía que hacía más infeliz a Craig.
Gracias por leer hasta aquí, este es una prueba, voy a tomar fragmentos de poesía y escribir en base a lo que quiere transmití ese poema con los sentimientos de los personajes.
