<Perspectiva de Erick>
Después del incidente de vacaciones, noté que Sofía no volvió a entrometerse en mi cuarto, a veces se sentía muy callado sin ella rondando mi espacio, la veía muy poco, solo a las horas de la comida y por casualidad me la topaba en la sala, así pasó alrededor de 1 semana y todo era repetitivo, mis pensamientos y mis ojos no se apartaban de ella en esas ocasiones, a pesar de que Romina siempre está conmigo, no es fácil de dominar, tiene un carácter fuerte, a diferencia de Sofía, que estoy completamente seguro de que si le pongo una correa al cuello estará sentada a mis pies sin reclamar.
-en que piensas tanto?-
La voz de Romina perturbó mis pensamientos, regresándome a la realidad, la cual era ver la película junto a ella en la sala.
-en la tarea que tenemos que entregar-
-jajaja tranquilo, aun falta una semana-
Tenía su sonrisa perfecta, sus bellísimas manos tocaron mi mejilla y apoyó su cabeza en mi hombro; aun somos amigos y no hemos llegado a nada más que unos cuantos besos, sin embargo, me he llegado a preguntar si podré dominarla, o si será capaz de soportar cualquier cosa en la cama. Pasaron alrededor de 15 minutos y Sofía bajó en dirección a la cocina, no pude evitar mirarla, dos pequeñas trenzas, sus lentes, su vestido holgado, sus tobillos delgados y sus grandes ojos chocaron con los míos, sus mejillas se tornaron rojas y de inmediato desvió la mirada.
-tengo que comprobarlo-
-comprobar que?-
Mierda!! pensé en voz alta.
-ah?... si lo siento me distraje un poco-
No pasó mucho tiempo y sonó el teléfono de Romina mientras Sofía subía a su habitación.
-Lo siento mucho Erick, tengo que salir, mi besti tiene una crisis emocional, su novio la dejó, yo te aviso si regreso-
-dale, no hay problema, me escribes-
-sip-
Tomó sus cosas, besó mi mejilla y salió enseguida, mientras yo me quedé meditando la situación, me levanté y subí a mi cuarto, abrí el armario y saqué un caja negra.
-vaya... pensé que no la volvería a usar-
Tomé el collar, la cadena la coloqué en mi hombro, el fuete lo coloqué en el bolsillo trasero de mi pantalón, la mordaza en un bolsillo delantero y las esposas en mi mano sobrante.
Hoy estábamos prácticamente solos, el señor Arturo estaba de viaje, Romina me confirmó que no regresaría y mi madre tomó su día libre para visitar a la familia. Mientras me dirigía muy cauteloso a la habitación de Sofía abrí el collar y coloqué la cadena, ponérselo sería fácil, es mucho más pequeña, la cuestión era el como iba a reaccionar, para mi suerte la puerta estaba entreabierta, observé un rato a través de la ranura y la vi de espaldas colocándose el bra, al parecer recién se había bañado, tenía la música a todo volumen así que entré silenciosamente y antes de que pueda reaccionar le coloqué el collar mientras jalaba de la cadena y con la punta del pie hice que flexionara sus rodillas hasta el piso.
-mierda Erick, me asustaste como un demonio-
Noté sus nervios en esa mirada, la vista era excelente, era como tener un perro.
-no vas a responder? me estaba cambiando por qué entras así de repente, y que significan estas cosas?-
Intentó levantarse, pero de inmediato coloqué mi pie sobre su espalda, obligándola a regresar a su posición, mientras con mi otra mano alcancé el control y le bajé el volumen.
-Te disgusta lo que hago?-
No se atrevió a levantar su mirada pero pude notar sus orejas completamente rojas; jalé con fuerza de la cadena obligándola a quedar de rodillas, tiré de su cabello hacia atrás para ver su expresión, un lindo gemido de dolor salió de su boca, no pude evitarlo, me agaché y la besé, pero antes de terminar, mordí su labio inferior con fuerza hasta lastimarlo.
-levántate-
Ordené mientras la miraba con una expresión totalmente seria, y como era de esperarse, sin refutar, lo hizo, escuché como tragó saliva y agachó su mirada.
-date vuelta y coloca tus manos hacia atrás-
Esto iba mejor de lo esperado, coloqué las esposas en sus muñecas y la mordaza en su boca, pude sentir sus labios temblando y su respiración caliente, así que me acerqué a su oído mientras aun se encontraba de espaldas.
-es tu primera vez?-
Sofía asintió con la cabeza mientras intentaba esconder su rostro.
-quieres que continúe?-
La escuché pasar saliva mientras yo deslizaba el fuete desde su pecho hasta su ombligo, su respiración se aceleró, y en vista de que no recibí respuesta alguna, lancé un azote en su muslo, recibiendo un quejido de su parte.
-me gusta que me respondan cuando pregunto alto, si dices que no, me detendré y te quitaré todo-
Así que nuevamente asintió con su cabeza, no pude evitar sonreír, y pensar que estaba más cerca de lo que pensaba; la tome del cuello y la hice caminar hasta quedar frente a su cama.
-acuéstate boca a bajo y levanta el trasero-
Se tumbó sobre la cama y la ayudé a que lo levantará, acaricié su espalda lentamente y di 5 azotes en el glúteo derecho, dejó escapar un gemido; maldición!!! con las demás al primer azote se negaban, me sentí emocionado de ver la posibilidad de poder dominar a alguien no solo en la cama, si no en la vida, había conseguido un juguete personal y de largo uso.
-quieres que te quite la mordaza?-
-ajá...-
Hizo un sonido con su boca intentando decir que si, así que lo hice, ya que quería escuchar sus gritos y sus súplicas.
-está bien, pero tiene un precio-
Desabroché la mordaza y la coloqué en el piso, estaba completamente agitada y tenía lágrimas en los ojos, pero no eran de tristeza, su mirada me indicaba placer y me suplicaba que siguiera, tomé un par de tijeras de su cuarto y corté sus bragas, dejando toda su intimidad descubierta ante mis ojos, nuevamente deslicé el fuete, y di un azote en su vagina.
-Erick!!! ah!!!-
Una gran sonrisa de satisfacción se formó en mi rostro al verla gritar mi nombre mientras daba azotes con pequeños intervalos de tiempo en su espalda, sus piernas y su trasero.
-quieres que te toque?-
Entre una respiración agitada y sus labios resecos intentó responder.
-s...si...por fa...vor-
Me quedé pensando por unos segundos y observando las marcas que había dejado.
-ya que es tu primera vez, dejaré los juguetes por ahora-
Sonreí y la desaté, se sentó y me miró desilusionada.
-que pasa? esperabas más?-
Solamente agachó la mirada y cubrió su pecho con la cobija.
-bien, solo por esta vez supongo que estará bien-
La tomé del cabello y ladeé su cabeza para clavar mis labios en su cuello, succioné intensamente para asegurarme de dejar una marca, por último bajé hasta su clavícula y la mordí con fuerza hasta lastimarla.
-a..auch...!!!-
Exclamó dolor mientras cerraba con fuerza sus ojos.
-para qué recuerdes que no fue un sueño...-
Sonreí, recogí mis cosas y me retiré a mi habitación. Estaba satisfecho, ya que esto recién empezaba y resultó ser más obediente de lo que ya me demostraba.
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CRAQUELADO
Teen FictionSofía, una chica de bajo perfil, adinerada, enamorada de Erick desde muy pequeña. Debido a la ausencia de cariño y constantes maltratos de su padre se ve envuelta en el mundo de BDSM con su amor unilateral. Sofía, 17 años. Erick,18 años. Romina,18 a...