Pedido por parkcristal Male!Reader. Personalidad: tímido al principio, pero luego cambia al coger confianza. Temática: fantasía. Contenido sexual: no. Tipo de contenido sexual: ninguno.
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LLAMAS CAUTIVADORAS
Fantasía. Que palabra tan peculiar, ¿verdad? ___ observaba con detenimiento el libro que tenía en sus manos leyendo historias de criaturas mitológicas que pudieron ser reales o no. Sus ancestros sabrán más de estas cosas. Lobos, vampiros, demonios, sirenas... Cada uno tenía su propio relato. No obstante, le gustaba uno en particular. El ave fénix cual sus lágrimas sanaban cualquier herida o enfermedad y que era capaz de renacer entre las cenizas. Una criatura preciosa. Por lo que estaba leyendo, el fuego del fénix no era capaz de dañar a las personas.
Ojalá todos los elementos de la tierra no hicieran daño a la gente. A veces, le daba la impresión de que la madre naturaleza, cada vez que se enfurece, ya sea un huracán o un tsunami, estuviera mandando un mensaje hacia la humanidad. No obstante, algunos eran tercos que no deseaban escuchar y seguir con sus estupideces.
El muchacho de cabellos (c/c) suspiró cansado de escuchar la misma historia y cerró el libro dándose cuenta la hora era que era. Tenía que ir a clases de historia del profesor Rengoku Kyojuro. Ese hombre le producía cierto interés amoroso. Sí, le gustaba mucho. ¿Quién no se fijaría en un hombre apuesto y con mucha determinación? Sus compañeras estaban locas y él solamente les decía que se animaran, que no deben rendirse con facilidad. No sabe si se hacía el tonto o que porque más de alguna tenía intenciones de ligárselo.
___ tenía la certeza de que Rengoku no era homosexual. No se sentía atraído por ningún hombre, no obstante, el trato que le daba era diferente. Quiero decir, estaba más atento que de costumbre. La timidez del peli-(c/c) era horrible. Se ponía nervioso cuando su maestro se ponía a su lado para ver su examen o se paraba para seguir explicando la clase. No entendía ese comportamiento, aunque para él pudiera ser normal.
Caminando por el pasillo no se dio cuenta a dónde estaba yendo. La puerta de la sala de profesores se abrió y salió Rengoku junto con el resto de maestros. El corazón de ___ iba a mil al verlo. Siempre lo comparaba con el ave fénix por ese color peculiar de sus cabellos rubios y mechones rojos en sus puntas. Estaríamos hablando del fuego en versión humana. ¿Cómo será su piel? ¿Caliente? Que estupideces estaba diciendo. Entonces, el hombre flameado miró al joven y le dedicó una tierna sonrisa. ¡Ahí va de nuevo!
—¡Buenos días, ___! ¿Estás listo para una clase intensa del período Edo?
