Egoísta [Emiliaco]

O

A Joaquín siempre le habían pintado el amor de color rosas, con flores y corazón volando a tu alrededor, paseos románticos en la playa, confesiones el día del baile de graduación, si bien con algunas dificultades pero siempre lograban superarlas, o la declaración del principe Ben a Mal con una linda canción, los jugadores bailando en plena cancha al final del partido. Pero Emilio no era un príncipe con un castillo gigante y una gran responsabilidad y el no era Mal, hija de la villana más aterradora de los cuentos Disney, contando que en su escuela no había equipo de fútbol o siquiera había un lugar asignado para jugar algún deporte y muy a su pesar apenas tuvieran papel higiénico en los baños, la mueca que hizo debió alertar a Emilio pues enseguida hablo sacándolo de sus pensamientos.

—¿Sucede algo? Lindo—pregunto.

—No, nada, solo recordaba mis tiempos en secundaría— contestó.

—Viendo la cara, no debieron ser buenos— dijo mientras mordía su hamburguesa.

Que delicado, pensó.

—Emilio— recibió un “Mmmh” como respuesta—¿Cuándo revelaremos nuestra relación?— después de esa pregunta un ataque de tos comenzó, Emilio se había atorado con su hamburguesa.

—Joaco, solo espera un poco, ¿Puedes?— y en ese instante quiso gritarle que no, que era momento de tomar una decisión y que no esperaría más por el, eso era lo correcto, joder claro que quería decir eso, pero su tonto corazón decidió darle una oportunidad, solo una más y sin dudar asintió.

Era un estúpido, si, lo sabía, pero aún tenía la esperanza que pronto llegaría ese momento, sus besos sabían a esperanza y amor y sus brazos se sentían a hogar y confort.