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Los últimos días con Emilio parecían ser los más perfectos, dignos de cuentos de hadas, si todo hubiera sido así desde el principio.

Amor, sin duda alguna Joaquín lo imaginaba de otra manera, los clichés más comunes eran algo que le hubiera encantado, picnics en un lindo lugar, citas en el parque de diversiones, caminatas bajo la lluvia el mar o las estrellas, pijamada con películas, jugar videojuegos, comer pizza en la sala, besos en la frente, en la nariz o en las manos.

Pero su primer amor fue más una tragedia romántica, podría decir poco romántica, se habían conocido en el ser de grabación, con montones de personas, gritos y sonidos demas y luces brillantes, ¿Dónde había quedado el tropezón y los libros regados por el suelo?, Solo en su imaginación.

Sonreír le estaba costando un poco, después del problema con Niurka, Emilio y el debían cuidar que la señora loca no los viera, desde entonces no se había disculpado por llamarlo rarito solo por su orientación sexual.

—Te prometo que lo dejaré— se dijo frente al espejo, debajo de sus lindos ojos había ojeras, se notaba un poco más pálido y sin duda alguna, su estabilidad emocional debía estar peor que como se veía.—Solo necesito terminar con esto.—oculto sus ojeras y salió del baño para ir de nuevo al trabajo.

Egoísta [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora