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Haknyeon había descubierto hace algunas semanas que Younghoon producía un sonido extraño. Se escuchaba a la altura de su pecho y era algo así como un suave rugido continuo. Él pensaba que tal vez era su pequeño motor trabajando para mantenerlo con vida, sin embargo, Haknyeon decidió que ese sonido era el de su corazoncito y le encantaba.
Le encantaba escuchar ese ligero zumbidito cuando recostaba su cabeza en el pecho del pálido y su oreja quedaba pegada a su cuerpo. Le relajaba muchísimo. Le hacía sentir tranquilo, como en casa... Y principalmente le gustaba porque le recordaba que Younghoon estaba vivo, ahí, con él.

Se acomodó mejor, moviéndose muy despacio para no despertar a YoungHoon, quien dormía plácidamente a su lado rodeándolo con un brazo por la cintura. Él apoyo su mejilla contra el pecho de Younghoon, cubierto por una simple playera interior y sonrió al escuchar nuevamente su corazón.

Le gustaban las noches así, cuando todo era tranquilidad y podían dormir juntos sin problema, abrazados y calentitos. Realmente le importaba poco si estaban en pleno verano, a él le fascinaba dormir pegado a Younghoon. ¿Por qué no lo hice antes? Se preguntaba siempre. Younghoon era súper tranquilo al dormir, demasiado tierno como para abrazarlo dormido y algo confianzudo como para acostarse casi completamente encima de él sólo para molestarlo.

Los ratos antes de dormir también eran los mejores del día pues era todo un jugueteo para poder generar sueño.
Incluso estando ambos recostados, los juegos no paraban. Se molestaban entre sí como quitarse la cobija, robarse la almohada del otro, empujarse para hacer a uno caer y demás. Aunque también tenían sus momentos cursis, como acostarse y abrazarse hasta caer dormidos. Darse mimos y decirse palabras bonitas.

Por las mañanas, Haknyeon era siempre el primero en despertar pues los días de escuela aún no acababan, faltaban tan pocos para dar inicio a las vacaciones de verano que incluso podría decirse que amanecía con más ganas. Los planes para aquellas tres semanas sin clases ya estaban formándose gracias a Eric y sus ideas raras de salir todos en pareja.

Primero; quería ir al centro comercial y hacer las compras del mes. Comprar ropa y cosas adecuadas para esta temporada de calor infernal.

Segundo; quería pasar tardes y noches juntos haciendo pijamada cual adolescentes, mirando algún programa barato, jugando videojuegos o simplemente charlando con sus amigos.

Tercero; y por último, quería ir a la playa. El plan de Eric era pasar al menos un fin de semana en alguna ciudad costera y disfrutar del viento salado y refrescante que les proporcionaban lugares como aquellos.

—Entonces vayamos a Busan —propone Haknyeon.

—¿Dónde queda Busan? —Younghoon lo mira atento cual gatito. Haknyeon mueve la mano frente a su cara restándole importancia a su pregunta.

—Buena idea, sirve que también le damos una visita a tu madre —Etic sonríe con emoción.

—Siempre he querido conocer Busan —menciona Juyeon con dulce anhelo en su voz.

—Fuimos en Navidad tarado —Eric viró los ojos.

—¡Pero no me dejaste salir! —el puchero que formó el pelinegro lo hizo ver como un bebé berrinchudo.

—¡Porque hacía frío!

—¡Pero yo quería salir!

—Vamos a ir y vas a salir, ya cállate.

La pareja dejó de hablar y se hizo el silencio por unos instantes. Younghoon y Haknyeon no supieron qué decir, aún no terminaban de comprender la relación de aquellos dos.
Eran demasiado románticos, a veces muy intensos y otras muy cursis. Pero también tenían sus momentos extraños de discusiones sin sentido, a veces se gritaban, algunas pocas se llegaban incluso a dar de empujones o golpes pero nunca muy fuertes. Se gritaban, se insultaban, se peleaban y evitaban el hablarse. Pero en menos de un día ellos volvían a ser los inseparables de siempre. Se la pasaban jugueteando de aquí a allá e incluso llegaban a parecer más como mejores amigos que novios. Tenían una relación bastante especial y envidiable.

Robotic Boyfriend. ※ BbangHak. [𝘼𝙙𝙖𝙥𝙩𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora