"Voluntaria".

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N/A: ¡Hola! Gracias por leer .

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Día 9 de hospitalización...

El médico le había dado permiso a Maya para empezar a ir al gimnasio del hospital y fortalecer su cardio. Con la rehabilitación de algunos ejercicios ligeros recuperaría poco a poco la normalidad de sus pulmones.

Maya fue sorprendida por Carina en el gimnasio del hospital...

—Ey, cariño... —dijo sentada en la bicicleta estática—. ¿Desde cuando llevas observándome?

Quiso saber Maya cuando se percató de que Carina estaba en la puerta mirándola con una amplia sonrisa.

—Lo suficiente para darme cuenta de que me encanta verte sudar...

Respondió Carina para seguidamente caminar y avanzar hasta su mujer. Cuando se detuvo a su altura depositó un tierno beso en los labios de Maya.

Bishop dejó de pedalear, pero no se levantó de la bicicleta.

—¿Qué te trae por aquí? ¿Vienes a observar si cumplo con mis ejercicios?

En el gimnasio no había nadie más, por lo que Maya aprovechó para tocar el trasero de su mujer con la mano más cercana a Carina.

—No. Vengo a proponerte algo —se humedeció los labios con la lengua de manera provocativa.

Maya observó la acción de la lengua de Carina con gusto.

Uhmmm. ¿Y qué tipo de propuesta tienes para mí? —dijo con mirada pícara—. ¿Es sexual?

La mano de Carina se posó en el muslo de Maya, muy cerca de su entrepierna. Al hacerlo, sintió como Maya tensó la pierna.

Bambina... ¿Tú que crees? Obvio es una propuesta sexual.

Maya echó un vistazo rápido al entorno y luego miró a su mujer.

—¿Quieres tener sexo aquí? —preguntó entusiasmada—. ¿En el gimnasio? —se mordió el labio inferior.

Carina negó con la cabeza.

—No exactamente. Necesito hacer un estudio, y quiero que te prestes voluntaria.

—¿Te refieres a tus estudios relacionados con la masturbación?

Carina sonrió y asintió.

—Exacto. Pero tendrás que masturbarte tú sola. Porque yo necesito estar pendiente a los resultados mientras tú te lo pasas bien.

—Me pongo más caliente si tú estás conmigo... Pero está bien, obvio digo que sí. Masturbarme y ayudar a mi mujer... Me gusta la idea.

Una contenta Carina alzó ambos brazos al aire celebrando la respuesta de Maya.

—¡Gracias bella! —depositó un beso en sus labios—. En treinta minutos te esperamos en la consulta de ginecología.

—Ey, ey, ey... ¿Esperamos? —dijo Maya bastante confundida.

—Sí —respondió con naturalidad—. Es la hora en la que todos tenemos un hueco libre.

Maya abrió los ojos como platos.

—¿Todos? ¿Quieres que me masturbe delante de más gente? Creí que era un estudio privado entre tú y yo...

Maya se bajó de la bicicleta por el lado opuesto a Carina y caminó hasta llegar a otra máquina de ejercicio.

Carina la siguió mientras hablaba.

—Ey, amore mio... Nadie va a ver cómo te masturbas, no de manera literal —explicó—. Tú estarás en una sala, y mi equipo y yo en otra. Veremos a través de un monitor lo que la masturbación provoca a distintas partes de tu cuerpo.

Impaciente Maya (en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora