02 - "Conseguiste enfadarme".

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Día seis de hospitalización...

—Hola cariño —dijo Maya cuando vio entrar a su mujer en la habitación.

Carina entró con semblante serio y sin saludar. Los brazos los tenía cruzados sobre el pecho.

—Enhorabuena Maya. Conseguiste enfadarme —dijo Carina fulminando con la mirada a su mujer.

—¿Disculpa? —Dijo una confusa Maya.

Carina se detuvo a los pies de la cama y miró a la rubia.

—¿Por qué los resultados de tu ultima analítica nos indican una considerada subida de colesterol respecto a tu ultima analítica de hace tres días?

Ahora parecía más enfadada que al principio.

Maya se quedó en silencio bajo la atenta y furiosa mirada de su mujer.

—Apenas comes, y cuando lo haces...se supone que solo comes la comida que te traen los enfermeros... ¿Puedes darme una explicación? —pidió Carina quien no pudo evitar gesticular al hablar.

Carina sabía perfectamente a qué se debían los resultados de la analítica, pero quiso comprobar lo lejos que era capaz de llegar su mujer.

—No lo sé —mintió—. No soy yo la médica... —dijo Maya tratando de ganar tiempo.

Oficialmente Maya estaba jodida. Su mujer parecía saber toda la verdad...

Carina caminó hasta uno de los bordes de la cama para estar más cerca de su mujer.

—¿¡En serio, Maya!? ¿Eso es todo lo que tienes que decir?

Maya alzó ambos hombros al aire. Trataba de aparentar normalidad.

—Ya te dije que no lo sé. Quizás los resultados son erróneos.

Carina rio irónicamente a tiempo que renegaba con la cabeza.

—Quería comprobar hasta dónde llegaban tus mentiras. Y también te felicito por esto, pareces buena mintiendo.

El estómago de Maya se encogió cuando supo que Carina la había descubierto.

—No te entiendo Carina... —dijo intentando hacerse la despistada.

—Sé qué en estos días Vic se deshizo de tu almuerzo, que Andy se deshizo de tu cena cuando vino a verte, y que Travis se las ingenió para traerte una pizza creyendo que nadie de mi equipo lo había visto.

Maya frunció los labios. Ya no podía jugar al despiste.

—¿Cómo sabes todo eso? ¿Quién me delató?

—Tienes fieles amistades, pero no son lo suficiente fuertes cómo para enfrentarse al levantamiento de ceja de una italiana que impone tan solo con la mirada...

—Mierda —se lamentó—. Les dije que no se pusieran nerviosos cuando levantaras la ceja o los mirases fijamente...

Un sonoro suspiró salió de lo más profundo de Carina. Todavía no podía creer que Maya se hubiera saltado las normas.

—Maya... ¿Eres consciente de que lo que hiciste solo sirve para perjudicarte y para dar más trabajo a los médicos y enfermeros?

En ese momento Maya fue consciente de las consecuencias que tenían sus actos.

Maya prosiguió sentada en la cama. No tenía el valor de encarar a su mujer.

—Lo siento nena... Tenía mucha hambre y no pensé en las consecuencias.

Impaciente Maya (en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora