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Por más que Harry quiso convencer a Scorpius para que jugara con ellos simplemente no lo logro así que no tuvo de otra que aceptar a McLaggen en el equipo. Durante los entrenamientos nadie lo soportaba pero al menos estaban tranquilos que estaría únicamente mientras Ron estaba en la enfermería. Durante todo ese tiempo tanto Rose como Hermione pasaban a verlo. Al comienzo Ron se sentía feliz pero con el paso de los días sus "dos mujeres más importantes en su futura vida" ya lo tenían fastidiado con el hecho de mantenerlo al día con las clases. Tenia que hacer las tareas y copiar los apuntes, a veces se hacia el dormido logrando que Hermione cayera y se fuera a la biblioteca mientras él dormía, pero su querida hija Rose se acostaba a un lado y le leía Historia de la Magia logrando así quedarse realmente dormido.

El día del partido contra Hufflepuff, Harry y Albus pasaron por la enfermería antes de ir al campo. Ron estaba nervioso; la señora Pomfrey no lo dejaba bajar para ver el partido porque creía que eso lo podía sobreexcitarlo.

- ¿Cómo va McLaggen? – pregunto Ron.

- Ya te lo he dicho, no quería quedármelo aunque fuera un jugador de talla mundial.

- Es un fastidio tío, no para de decirle a todo el mundo lo que tiene que hacer y se cree que jugaría mejor que los demás en cualquier posición.

- ¿Vendrán Hermione y Rose a verme antes del partido?

- No ya bajaron al campo con mamá.

- Oh – dijo Ron apesadumbrado – Bien. Buena suerte. Espero que machaquen a McLag… quiero decir a Smith.

- Lo haremos tío – le contesto Albus dándole un golpe en la pierna mientras Harry se echó la escoba al hombro.

- Volveremos después del partido.

Se apresuraron por los desiertos pasillos. Harry oteaba por las ventanas que encontraba a su paso, intentando calcular la fuerza del viento aunque las constantes quejas de Albus por no tener su escoba y en cambio tenían una verdadera reliquia (como él llamaba a su actual escoba) no lo dejaban concentrarse del todo, oyó pasos y miró al frente. Era Malfoy, que caminaba hacia él acompañado por dos chicas que ponían morritos.

- ¿A dónde vas? – le pregunto Harry mientras que Albus solo lo veía fijamente.

- A ti te lo voy a decir ¡Como si fuera asunto tuyo, Potter! – Se burlo Malfoy – Date prisa, todo el mundo esta esperando al "capitán elegido", al "niño que marcó" o como sea que te llamen últimamente.

A una de las chicas se le escapo una risita tonta. Harry la miro a los ojos y ella se ruborizo. Malfoy aparto a Albus de un empujón y prosiguió su camino.

Harry se quedo plantado mientras los veía desaparecer y volteo a ver a Albus quien también veía hacia la misma dirección sin decir nada. Se dio la media vuelta y prosiguió caminando hacia el campo.

- ¿No vas a decir nada? – Albus caminaba cada vez mas rápido - Te estoy hablando Albus, contéstame.

- No tengo nada que decir.

- No me digas que lo que paso no se te hizo raro.

- Claro que no.

- ¿Scorpius te ha dicho algo acerca de Malfoy? – Albus seguía caminando hasta que Harry lo jalo del brazo para que lo viera de frente – contéstame cuando te hable.

- Aunque me hubiera dicho algo no te lo diría.

- ¿Por qué?

- ¡Es el padre de Scorpius papá! El es mi mejor amigo ¿Acaso quieres que Scorpius le vaya a decirle algo tuyo al señor Malfoy?

𝑬𝒅𝒖𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora