Capítulo 34

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Cheryl

-¿qué bebé?-
rodeé los ojos, me urgía saber si era de ella o no.

Cheryl: el que Cassie llevó a la universidad, para ir a buscarte hoy en la tarde.-

-ohhh, no.-
soltó una pequeña risita y sentí la presión de mi pecho irse.

-no es mío, y de hecho tampoco es de ella.-

-es su sobrina.-
mi boca se abrió levemente.

Que boba soy.

Cheryl: yo...pensé que era tuyo.-
bajé la vista con un leve sonrojo en mis hombros mejillas.

-creo que aún no encuentro a la indicada.-
la miré rápidamente.

Cheryl: ¿Cassie no lo es?-

-mmm, es algo complicado.-

Cheryl: Mjm.-

Seguimos hablando sobre lo que hicimos durante estos tres años, luego de un rato pagamos a medias la cuenta y nos fuimos.

Caminamos por las iluminadas calles de Boston, la noche estaba algo fría, pero muy despejada.

Acaricié un poco mis brazos y eso no pasó desapercibido por la chica de mi lado.

-¿tienes frío?-
no alcancé a responderle, ya que cuando la miré se estaba sacando su chaqueta, pronto me envolvió con esta.

Le sonreí por el tierno acto que tuvo conmigo, a pesar de todo lo que pasó entre nosotras, ella sigue siendo tan educada y caballerosa. Mientras íbamos de vuelta a la universidad, decidimos pasar a la misma plaza que antes. Nos sentamos en una banca.

-¿crees que le moleste a Heather si voy a dejarte?-

Mucho.

Cheryl: ¿desde cuando te importa lo que le moleste a Heather?-
la miré burlona.

-soy respetuosa con las relaciones.-

Cheryl: bueno.....la verdad es que peleamos antes de que yo llegara aquí.-

-oh.-
empezó a frotar levemente las palmas de sus manos, luego recordé que ella me había entregado su chaqueta y que seguramente se esté muriendo de frío.

Cheryl: ¡lo siento!-
iba a sacármela pero tomó mi brazo.

-no te preocupes.-

Miré cómo tenía su mano puesta en mi brazo, sentí como iba bajando lentamente hasta llegar a mi muslo. Me fui acercando un poco hasta ella y una sonrisa no pudo evitar salir de mis labios cuando sentí su caliente respiración chocar con la mía. No aguanté más y tomé su nuca para unir nuestros labios. Dios, como la extrañaba. Me subí a su regazo y mis caderas comenzaron una placentera fricción.

Cheryl: T/n...-
gemí cuando comenzó a desabrochar mi pantalón.

-¿Cheryl?-
me sobresalté y la miré.

-¿estás bien? como que dejaste este mundo por unos segundos.-
soltó una risita.

Cheryl: oh, s-si lo estoy.-
genial, ahora tengo que fingir que no tengo mis bragas hechas un desastre.

-bien. Es tarde, si quieres puedo dejarte cerca de tu habitación.-

Cheryl: me encantaría.-

Un cambio ¿radical?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora