La noche ya se apresuró y nos trago espiritualmente. La hora de la emociones agudas y sensaciones crudas comenzó, señores. Capturen sus almohadas y sientan como la vibras del cielo tocan sus almas. No tengan miedo, tengan valentía y sabiduría ante la guerra insensata y sin gracia. Sopla la vela y pide el deseo que cure al enfermo de rabia y al sano sin empatía junto al marrano hambriento. Aplica la razón y escupe el dolor de una mar frívolo de tu sangre caliente.
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