Había pasado una semana desde que Yamada no va a la escuela y, dicho sea de paso, que no se ha comunicado con nosotros. En los últimos días me preocupé bastante por el hecho de que no apareciese por ningún lado; aunque, viendo que me lo prometió de tal modo, hizo que me sintiese algo seguro de que estaba bien.
Ya era la mañana del lunes de la semana siguiente, cuando ya el festival y la pijamada habían pasado. Estaba arreglándome para ir a la escuela y, como siempre, la casa se mantenía en un perpetuo silencio debido a la soledad que acechaba en los alrededores.
Me estaba poniendo la falda, y mientras lo hacía, me miraba al espejo por un momento. Recordé el porqué Yamada se sentía mal, lo cual me hizo sentir culpable a mí por ser el causante de su dolor.
Mientras pensaba en eso, y mientras me miraba al espejo, pensé:
No me molesta mucho ser una chica ahora mismo. No tenía que preocuparse tanto... Aunque... Aún así, todavía es difícil acostumbrarse a este nuevo cuerpo.
Pensé, mientras me tomaba de las cinturas, y me volteaba para verme en el espejo.
Me daba cuenta de lo delgado que me había vuelto, y el cómo mi rostro había cambiado bastante a comparación de cuando era hombre. De hecho, vi que mi altura era ligeramente menor a cuando era hombre. Si no estoy mal, medía 1,75 m. cuando era hombre, y viendo que no hay demasiada diferencia, podría decir que ahora mismo 1,73 m. Mi cabello había crecido demasiado, lo cual me impresionó al principio, pero ahora es un poco molesto a la hora de hacerme coletas de caballo.
Me acostumbré a hacerme coletas de caballo después de un tiempo de haberme hecho una por primera vez, aunque era extraño llevar el cabello así.
Supongo que aún hay cosas nuevas que deberé experimentar con el tiempo...
Pensé.
Luego de eso, suspiré, y bajé con mis cosas en mano para ir a clases. Me dispuse a ponerme mis zapatillas, mientras que tarareaba una canción que había salido hace poco. Cuando me levanté, por un segundo iba a decir "Ya me voy", pero sabía que no había nadie, así que solamente me quedé mirando al vacío de aquella oscura casa por unos instantes, y pensé:
Esto es... Tan silencioso...
Miré hacia la sala y, por un instante, recordé dos ocasiones distintas en mi cabeza.
La primera fue cuando Atsushi vino por primera vez a mi casa, después de habernos encontrado de camino a la tienda. Ese día, por alguna razón, lo recuerdo con algo de nostalgia, casi como si fuera un recuerdo que atesoro bastante. Supongo que la compañía de alguien en esta solitaria casa era algo cálida y agradable para mí. Casi nadie ha venido a mi casa antes, lo cual me hace preguntarme si podría invitar a mis amigos a venir alguna vez.
La segunda... Es algo borrosa. Es como si hubiese sido hace mucho tiempo atrás y, sin embargo, no la puedo recordar con claridad. Es como si fuese tan borroso que me es imposible reconocer quién estaba allí. Sacudí mi cabeza, ya que aquella imagen borrosa me estaba haciendo enojar un poco, no sé porqué.
Volteé mi cabeza hacia puerta, la cual procedí a abrir y, por consiguiente, salir de esta. Después de salir, cerré la puerta con llave, y pasé por el pequeño jardín que daba hacia la entrada de la casa.
Sin embargo, había algo fuera de lugar. Algo extraño. Cuando miré hacia la muralla que separaba mi casa de la calle, logré ver que había una persona allí parada. Por un momento me asusté, pensando que sería un rarito que me estaba esperando; sin embargo, cuando logré ver bien a la persona que estaba allí parada, solté un pequeño suspiro de alivio. Salí de mi casa por completo, cerré la reja, y me volteé a ver a esa persona.
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GenderSwitchs Vol. 3 (Español)
Teen FictionEl otoño está llegando, y con ello, el festival deportivo se acerca. Sin embargo, Ryutsuki se da cuenta que uno de sus amigos está actuando extraño. ¿Qué podrá ser?