ES POR TU BIEN [DRACO X TÚ] [+18] [CANCELADA]

ᴜɴ ʀᴇᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ ᴘᴇᴄᴜʟɪᴀʀ

SELENE'S POV

Bajé a la cocina a preparar el desayuno mientras escuchaba algo de música en la radio. Draco aún no despertaba, en cambio yo estoy despierta desde hace más o menos dos horas.

Me encuentro cocinando algo especial para los dos, el día está nublado, el cielo gris y algunos rayos del sol se aparecen por entre las nubes de color gris. La música seguía sonando a poco volumen mientras yo probaba de vez en cuando lo que estaba preparando.

En este caso no me sentía mal, ni triste, ni feliz o algo parecido; solo estaba en neutro, una emoción diferente me sentía ¿vacía? No lo sé, la guerra mágica dejó secuelas y no sólo en mí.

Al terminar de hacer el desayuno preparé la mesa, puse todo perfectamente ordenado, obviamente con magia.

Escuché a Draco bajar las escaleras y luego me sorprendió por la espalda.

-Buenos días princesa ¿como amaneciste?-me dijo al oído con su tono dulce-Buenos días cielo, yo amanecí bien ¿y tú?-contesté tratando de sonar dulce-Yo bien gracias a que me dijiste que estás bien cariño. Vi que hiciste de desayunar, huele delicioso-respondió mirando hacia el desayunador-Si, lo hice con mucho cariño-Sonreí y él se acercó a mí tomándome de la cintura pegándome a él mientras yo rodeaba su cuello con mis brazos-Te amo preciosa-juntó su frente con la mía-Te amo más Draco-Puse mi mano derecha delicadamente en su mejilla-

Besó mis labios humectandolos, mi mano acariciaba tiernamente su mejilla mientras mis labios se acoplaban perfectamente con los de él, sintiéndonos uno solo.

Al separarnos para tomar aire sonreímos tiernamente mientras nos separabamos. Fuimos a la mesa y nos sentamos para debutar el desayuno.

-Hoy iré al callejón diagon, iré a ver unos libros para poder dedicarme a inventar hechizos-le comenté y me miró inmediatamente-Iré sola Draco, no todo el tiempo me tienes que acompañar-él tensó su semblante-Solo cuídate porfavor, no quiero que te ocurra nada malo-me respondió y yo asentí con la cabeza para luego terminar nuestro desayuno-

Estábamos en la ducha juntos, enjabonandonos uno al otro, sin caricias morbosas de por medio. Yo lavaba su cabello y él lavaba mi abdomen e intimidad.

Los dos nos encargabamos de ser sumamente cuidadosos uno con el otro, como si fuésemos algo extremadamente débil.

Al acabar me coloqué mi bata de baño y fuí a vestirme. Me coloqué una blusa cuello de tortuga, manga larga y larga lisa de color negro. Un abrigo o gabardina de color rojo, un pantalón holgado de color negro con una faja pequeña del mismo color con detalles de color dorado. Llevaba unos guantes de cuerina rojos, una boina francesa de color rojo y mis zapatos eran bajos, como botines, de color negros.

Arreglé mi cabello y salí de la casa, guardé mi varita y comencé a caminar por la acera de cemento mientras miraba la desolada calle sintiendo como si me siguieran pero tal vez ya era solo imaginación mía.