DOS: DE VARSOVIA A ŁÓDŹ

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—Pensé que realizaría este viaje por mi cuenta, pero evidentemente no. No sé si la persona a mi lado tendrá un mínimo de conocimiento de polaco, pero él tiene una sonrisa hermosa: ma piękny uśmiech! Creo que es conveniente empezar este podcast contándoles un poco de mi vida. Yo...

—Disculpa, pero creo que te están haciendo señas.

Aleska frenó su narración. El pelirrojo la había interrumpido.

— ¿Ah? —respondió ella, quitándose los auriculares. ¿Habría entendido lo que estaba diciendo?

—Que afuera parece que te están saludando. Oye, mi polaco no es muy bueno, ¿pero acaso acabas de decir que...?

— ¡Ah!

Aleska trato de salvar la situación mirando hacia la ventana y haciendo como si saludaba a alguien. Se tiró como pudo sobre el asiento de su compañero, ignorando adrede la pregunta qué este estaba por hacer. Afuera, por la ventana, se veían algunas personas saludando a sus seres queridos, algunos moviendo sus manos y otros, los más anticuados, con pañuelos y gritando "Dobra wycieczka!". Clásica despedida polaca.

— ¿Ves a alguien desde ahí?

El pelirrojo se había tirado para atrás en su asiento, tratando de esquivar el cuerpo de Aleska.

—De hecho... ¡sí!— Aleska se había preparado para mentir pero, de pronto y entre el gentío, apareció su familia. Su madre ya se había juntado con otras dos personas más.

Aleska se tiró más sobre el asiento y toda su cabellera azul se desparramó sobre la cara del pelirrojo, como una catarata. Saludó a sus conocidos con un rápido movimiento de mano y se sintió feliz de verlos allí, en persona, antes de dejar de verlos por un mes.

— ¿Tu hermano y tus padres? —Aleska sintió que una voz salió por debajo de su cuello. —Em... ¿te molestaría correrte un poco?

—Sí, son... mis padres—no sintió necesario aclararle a un desconocido que el hombre que estaba al lado de su madre era, en realidad, su padrastro. Pero sí se dio cuenta de que prácticamente se había tirado sobre su acompañante... algo que en teoría no le parecía mala idea, pero en la práctica había sido algo incómodo.

Lanzó un último saludo a sus familiares y se acomodó de nuevo en su asiento, depositando nuevamente sus pertenencias sobre su regazo.

Crack, bum, crack. Debajo de los asientos, los pasajeros comenzaron a sentir cómo el autobús estaba calentando los motores.

—Lamento haberte tapado la vista, querido desconocido—le dijo Aleska con una sonrisa.
— ¿Tú también estás buscando a alguien?

Al pelirrojo le tomó unos segundos responder.

Europa en autobús || #ONC2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora