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Llegar a Seúl fue una verdadera experiencia en todo el sentido de la palabra. La gran ciudad era totalmente diferente a su pequeña Isla y nunca pensó estar agradecido del trabajo de su madre hasta ese momento, tal vez era lo único bueno después de todo.

-¿Al final si revisaste las fotos que te envié de la nueva casa?-Pregunto la Alfa mirándolo por unos segundos antes de regresar la vista a la carretera.

Mark miro a su madre, al principio el no había estado muy feliz con la idea de mudarse de Jeju y dejar a su único y mejor amigo atrás. No lo malinterpreten, Mark estaba feliz con que su madre fuera ascendida a detective (la segunda a cargo) en una ciudad tan grande como lo era Seúl, pero Renjun tenía razones. Donghyuck era el único amigo que había tenido en la vida, un omega al igual que él, y la casa de los Lee había sido por años el único lugar al que podría ir aparte de su casa y la escuela, su madre tardó largos años en dejarlo dormir un simple sábado muy lluvioso en la casa donde habían dos Alfas.

Su mamá hizo una larga investigación antes de ceder a que se quedara porque ella estaba muy dispuesta a atravesar la tormenta para ir por el.

El punto era que Mark dudaba encontrar algún amigo o amiga que se ganara la confianza de su madre como los Lee lo habían hecho. Al final su mamá no confiaba en las personas fácilmente.

-Si, dijiste que mi habitación es la más grande.-sonrió intentando aliviar el ambiente, su mamá y él tenían una gran relación, el que ella no fuera tan mayor ayudaba mucho porque siempre estaba al día con todo.

Menos con dejar a Mark ser libre, eso no le agradaba mucho.

-Si, si.-la mayor rodó los ojos.-Sabes que solo necesito un colchón y estaré bien.-sonrió.-¿Pensaste en cómo pintar tu habitación?

Mark miro como las casas que pasaban se parecían un poco entre sí, grandes portones, arboles, grandes portones, arboles...

-Si... Tal vez de azul.

-¿Si? ¿Decorarás?

Mark soltó una risa y luego miro a la Alfa.

-Quieres que decore tu habitación, ¿verdad?-pregunto entrecerrando sus ojos.

-Eres el mejor en eso bebé.-soltó en tono canturreon.

Mark negó con una sonrisa y unos diez minutos después llegaron a su lugar, el gran camión estacionado afuera era una prueba de que ya habían llegado a su nueva casa que tendrían que convertir en un hogar, Moomin, su perro, el cual había estado durmiendo desde más de la mitad del viaje salió corriendo desde que se estacionaron.

-Moomin...-llamo sin ánimos, estaba cansado por el largo viaje.

Le puso la correa a su gran perro blanco peludo y observó por unos segundos como su mamá intercambiaba palabras con otro Alfa. Sabía que no tenían mucho tiempo, tal vez el tendría que hacerse cargo de todo en el hogar porque primero, su mamá era horrible en ese asunto y segundo, ella ya tendría que irse a trabajar muy pronto.

Minutos después con ayuda de los alfas y betas de la mudanza pudieron llevar la mayoría de cosas adentro. No llevaban muchos muebles, la casa era totalmente amueblada y como su casa en Jeju era propia luego de una seria conversación decidieron que alquilarla sería práctico, no era enorme pero era bonita y estaba cerca de la playa así que les iría bien, los Lee se harían cargo de eso.

-Hey...

Mark dejó de mirar su celular cuando uno de los Alfas se acercó a el con una sonrisa y una caja que el estaba seguro había envuelto perfectamente porque llevaba cosas muy privadas para el. Rápidamente tomó la caja que parecía que habían intentado abrirla y la apretó a su pecho.

-¿Por qué parece estar abierta?

-Lo siento, no quise incomodarte.-susurró el hombre.-Estaba tan bien asegurada que pensé que era cristal pero...

-Si.-el sonrió.-Pero no había ninguna advertencia de cuidado yo solo...

-¿Qué sucede?

Su mamá llegó a su lado y se colocó frente a el con el ceño fruncido, su mamá era muy alta así que no podia ver al hombre, se hizo a un lado aún sosteniendo la caja.

-Fue un error...

-Aléjate de mi hijo.-gruño.

-Mamá... -Mark comenzó a sentir vergüenza.-No es...

-Sal de mi casa, todos.-su mamá en ningún momento levantó la voz pero ella siempre había desprendido esa extraña aura que aún los hombres alfas solían obedecer, Mark era omega así que justo ahora miraba hacia abajo, no porque se sintiera intimidado sino más bien por la vergüenza que sentía en ese momento.

Todos los hombres que antes habían estado haciendo su trabajo ahora caminaban hacia la puerta mientras tomaban sus cosas. Mark suspiró dejando su caja a un lado.

-Eso fue exagerado.

Su mamá giró hacia él y tomó su rostro entre sus manos.

-Los alfas son basura, Markie, ¿Si?

Desvío la mirada por unos segundos y luego la miro.

-Eres una Alfa mamá.

Ella sonrió y asintió.

-Tienes razón. Los hombres son una basura y si son alfas los vuelve el doble.

Mark soltó un suspiro, su mamá jamás pensaría de otra manera, lo tenía más que claro.

-Bueno...

Coffee and vanilla -YumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora