Trust me ♡|Ziam|

Cap. 11: Resfriado.

Estabamos en casa, sorpresivamente la casa estaba vacía así que aprovechamos y nos duchamos.

- ¿Quieres un té? - Me preguntó Liam mientras terminaba de ponerme calcetines.

- No, gra- - Estornudo - Gracias.

- Creó que vas a resfriarte, bebe. ¿Te sientes bien?

- Si, me duele un poco la cabeza pero estoy bien.

- ¿No quieres tomarte algo? ¿Alguna aspirina o algo? - Negué rápidamente con la cabeza.

- En serio, estoy óptimo - Le guiñe el ojo con una sonrisa.

- Ay si, claro. Explica los estornudos, desde que subimis al coche que estas estornudando.

- ¿Alergia? - Levantó un ceja en plan no-jodas-ambos-sabemos-que-estás-enfermo.

- A la cama, te traeré un té con miel - Me empujó hasta que mi espalda tocó la almohada y me ayudó a meterme dentro de las sábanas.

- Bien - Me crucé de brazos y me deje caer sobre las almohadas.

- No te muevas - Cerré los ojos. Lo escuché salir de la habitación.

Suspiré, detestaba el té con miel, era asqueroso y la miel se te pegaba a la garganta.

- ¡Liam, no quiero el jodido té!

- ¡No te lo pregunté!

- ¡Pero es asqueroso! - Repliqué.

- ¡Tendrás que tomártelo de todas maneras! - Resople. Miré la puerta del baño. Creó que voy a darme una ducha nuevamente. Me levante lentamente de la cama sin hacer el mínimo ruido.

- ¿A dónde crees que vas?

Me gire sobresaltado hacia Liam y la cabeza me dio una puntada.

- A-a ningun lado - Levantó una ceja.

- ¿Uno no puede hacer sus necesidades tranquilo?

- Ibas a encerrarte en el baño para no tomar el té, Zayn. Habran pasado tres semanas pero te conozco bastante bien.

- Bien, dame el estúpido té.

Volví a la cama y Liam me entregó la taza de té.

- Vamos, bebelo - Suspire y tapé mi nariz antes de llevarme el té a la boca.

- Diuh, voy a vomitar - Él rodo los ojos y se sentó a mi lado.

- Vamos, Zayn. Por mi - Hizo un puchero adorable. Desvíe la mirada.

- No se vale, cuando hacer puchero eres adorable - Se ruborizó y sonrió.

- Bien dejare de hacerlo pero tienes que tomarte el té.

- Bien - Lleve la taza a mis labios y le dí unos cuantos tragos haciendo que todo el asqueroso té baje por mi garganta. Deje la taza en mi mesa de noche con un mueca de asco.

- Ya pasó, ¿ves? - Asentí. Y me recosté en la cama dandole la espalda.

Que asco de té, ¿cómo pudo hacermelo beber?

- ¿Cómo pudiste hacerme beber... esa... caca líquida? - Acarició mi cadera y sentí el colchón undirse a medida que él se acercaba a mi.

- La caca líquida, como tu le llamas, hará que te mejores no seas infantil - Besó mi frente, mi mejilla y la comisura de mi labios. Me volteé para mirarlo a los ojos. De a poco se acerco para plantar un beso en mis labios - Adoro tus labios, son suavecitos.