Capitulo XIV

290 31 3
                                    

—Entonces eso es es lo que harás

Miroku bajo la taza de café para mirar directamente a los ojos de su amigo. Pero cuando trato este simpleme tenía la mirada puesta en otro punto, el nego con la cabeza agachada, estaba preocupado por inuyasha pero al parecer la única persona afectada por esto sería la jovial kagome

Inuyasha le había contado la situación que había tenido con la hermana de esta y como resulto en tremendo desastre, pero sabia que su amigo no era un diota, podía ver como apesar de ser del tipo que decía que no lo afectaba nada, notaba perfectamente como lo hacía sentir todo esto, culpable

Inuyasha regreso a mirar a miroku, este llevaba uno lentes de sol apesar de que estaba un poco nublado el día de hoy

—Por que llevas esas porquerías puestas

Miroku con una expresión llena de burla fingida miro hacia delante y hacia los lado, se quitó los lentes revelando el ojo casi morado. Cuando lo hizo miroku cambió su expresión a una más seria

—¿Tu por que crees imbecil?...

Después de que inuyasha se había retirado de su departamento miroku había despertado algo confundido, pero cuando se puso de pie tan rápido que se mareo cosa que hizo que llevara una de sus manos a la frente, pero ese pequeño jesto lo hizo gemir de dolor, sus llemas de los dedos dieron un toque serca del ojo siendo consciente de tremendo dolor nuevamente

—Te lo merecías....

—Imbécil... de esto vivo

Inuyasha se encojio de hombros, el no se arrepentía de tremendo golpe, al contrario le daba cierta satisfacción, para miroku tener un rostro perfecto era lo que llamaba la atención de las mujeres. Y a el que le gustaba cojer era sin duda su mejor herramienta

—Pero volviendo al punto— miroku volvió a colocarse las gafas—piensas comprar un departamento más grande...¿No es así?

Inuyasha asintió, después del escándalo con Kikyo y saber que a la pobre kagome la habían dejado de lado, se sentía en deuda por arruinarle la vida. El aria todo lo nesesario para que la joven no se deprimiera, en uno de sus planes era conseguir un departamento amplio con varias habitaciones donde ella y el pudieran dormir y una habitación para el bebé que venía en camino

—¿Y que con eso?

Miroku se rascó la nuca buscando las palabras necesarias para pedirle un favor a inuyasha que ahora lo veía con una seja alzada

—Veras.... recuerdas a la chica del otro día—el asintio— La chica esta totalmente desquiciada, fue a mi departamento totalmente desnuda... ese no fue el problema.

>>El problema fue cuando la encontré adentro de mi departamento, había entrado por la ventana, literalmente tomo las escaleras en caso de incendios y rompió la ventana para entrar. Y no a parado de ir a mi departamento una y otra vez, la otra vez la encontre rebuscando entre mis calzoncillos. Y ahora que lo pienso bien me hacen falta algunos

—¿Y que con eso?— pregunto inuyasha, interrumpiendo el relato de su amigo— Tu te lo has buscado

—¿Y por que dices que es culpa mía?

—Por que siempre ases este tipo de cosas y luego intentas taparlo

—¿Así?..¿Cuando?

—Como cuando robaste aquel bebé....

—aver...el coche se parecía al mío y el bebé no lloro hasta que su madre me golpeó con su bolso...además cuando te he preguntado a sido pregunta retórica—grito —necesito cambiarme de departamento....— inuayasha comenzó a negar con la cabeza al saber por donde iva esto—Por favor inuyasha

Herencia temprana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora