A Jungkook todo se le vino abajo cuando su novio y futuro prometido, terminó su relación de 4 años, todos los planes que tenía también se desmoronaron como una pirámide de naipes, todo fue tan rápido que no siquiera tuvo tiempo de reaccionar, la infidelidad no es algo que se perdona rápido y el era muy orgulloso.Por lo que se encontraba en un bar, había perdido la cuenta de cuantas rondas iba, pero no estaba tan ebrio, o eso creía hasta que se puso de pie y todo le dio vueltas, se rió de si mismo, incluso creía que era patético, pero no le daría el gusto a su ahora ex de verlo roto o algo parecido, iba a mostrarse incluso mejor que antes.
Su plan, era aprovechar su atractivo, por qué a ojos de muchos era más que perfecto y hermosos, entonces tenía esos puntos a su favor, además de que el lugar estaba lleno de alfas jóvenes, betas y omegas, pero por supuesto que su objetivo sería un apuesto alfa, cómo Omega sin duda lograría su objetivo, tomando ventaja que su ex estaba en el mismo lugar.
Se termino de un trago el líquido amargo que tenía entre sus manos y se levantó para avanzar a la pista, cómo había ido solo, bailaría solo, además de que ya desde hace unos minutos noto un aroma que a su lobo le gusto, demasiado, a pasos le yos llegó casi hasta el centro de la pista, empezó con le tos movimientos de cadera, al ritmo suave de la música, paseando sus manos por su torso.
Aquel aroma que percibió antes llegó de nuevo a sus fosas aún más fuerte y cercano, sintió unas grandes manos tomar su cintura con delicadeza sin interrumpir sus sensuales movimientos, su espalda se pegó al pecho ajeno y llevo las manos hasta las muñecas que sostenían su cintura,, abrió los ojos para ver al dueño de ese aroma que ponía a su lobo inquieto.
Girando un poco a la izquierda, por encima de su hombro vio unos intenso ojos marrones que ya lo miraban, el aroma a incienso y roble del alfa lo envolvió embriagándolo, era más alto por unos 15 centímetros, su cabello castaño caía por su frente en leves ondulaciones, era muy atractivo, tenía un aura muy intimidante, había algo diferente en el, no sabía que era, pero le gustó.- ¿Te molesta si te invito un trago – su voz era grave, el timbre que uso mando una corriente por toda su columna.
El alfa se inclinó a su cuello para inhalar su aroma, fresas y malvaviscos, era dulce y las fresas eran su fruta favorita, dejo un casto beso en su cuello, Jungkook movió sus caderas frotándose contra el alfa que apretó el agarre en su cintura, incluso creyó escucharlo gruñir, lo más satisfactorio de todo eso era que el idiota de su ex lo estaba viendo y podía sentir su ira hasta la pista donde estaban.
Y el le había dicho que ningún alfa se fijaría en él.
En lentos movimientos se giró al alfa pasando los brazos por su cuello y aspirando su aroma, a su lobo le gustaba, y eso que era muy quisquilloso con los alfas, pero al parecer estaba muy a gusto con este, sonrió coqueto cuando conectó con sus penetrantes ojos y sin dudarlo unió sus labios a los del otro, no podría explicar lo que todo su cuerpo sintió, pero estaba encantado con esa sensación, le fascinaba.
Normalmente Jungkook no era así, pero con unos tragos encima se desconocía y ese lado más atrevido salía a la luz, no pensaba dejar que ese alfa de fuera sin conseguir lo que quería.
Tan perdido que estaba en ese sensual beso, que se molestó cuando fue bruscamente separado de esos labios, gruño al ver a Chanyeol, su ex – Pero que crees que haces – hablo entre dientes apretando su muñeca, el rodó los ojos, “Idiota” pensó, se soltó de un jalón – Que, acaso no puedo, tengo libertad de hacer lo que se me antoje, no tengo alfa o algo así – podía sentir como el enojo del pelinegro, pero tampoco aparto la mirada, él no era de esos que se doblegaban ante los alfas, no.
Se giró de nuevo a su conquista para seguir, pero nuevamente fue jalado, está vez trastabilló, pero las fuertes manos del alfa con aroma a incienso y roble lo sujetaron, está vez fue el quien hablo, y no parecía contento – Él está conmigo – gruño pegándolo a su cuerpo, Jungkook solo se dejó ser, ya le gustaba este tipo, Chanyeol lo miro – Tengo derecho a llevármelo, vino conmigo, no dejaré que se quede con cualquiera – ambos miraron al joven Omega que río fuerte, el castaño lo miro confundido, - Chan, no vine contigo, llegué solo, solo vete empiezas a fastidiarme, además ya no somos nada, estoy soltero – esa última palabra pareció molestarlo en demasía, ya que bufo y se volteo para dejarlos, bien ahora podía seguir con el alfa.
Bailaron, rieron de cualquier cosa que veían en el bar, cómo dijo el alfa castaño, le invito un par de tragos.
- Te parece si vamos a un lugar… más privado –…
Ni bien habían entrado a la habitación del hotel su cuerpo fue arrinconado contra la pared, sus labios siendo devorados y su cuerpo tocado con tanto deseo, que su autoestima se elevó al sentirse deseado de esa manera, ya que Chanyeol pocas veces lo hacía sentirse así, a veces pensaba que ni siquiera le gustaba de esa manera, pero con este alfa, se sentía especial, en la gloria.
Pronto las prendas fueron despojadas de sus cuerpos, la habitación se llenó de sonidos obscenos, gemidos por parte del Omega que clavaba sus uñas en los anchos y formidables hombros del alfa que gruñía en su cuello, el chasquido de sus pieles chocando entre sí, se sentía en la luna, ese alfa lo hacía sentir que tocaba las estrellas, estaba teniendo la mejor de sus experiencias sexuales, la mejor que no le importa nada en ese momento, ni siquiera el hecho de que no habían utilizado protección.
La noche fue larga e increíble, todo el placer que sintió sin duda fue el mejor, estaba seguro que no olvidaría esa noche, y claro que no lo haría, no tenía palabras para describir como lo hizo sentir.
Cuando el día llegó, Jungkook fue el primero en despertar, se dio una ducha rápida y se vistió, el alfa seguía sumido en un profundo sueño que no iba a interrumpir, no lo conocía y bueno eso quedaría ahí, solo algo de una noche, la mejor experiencia de su vida, la tendría grabada en su cuerpo, por qué prácticamente tenía muchas marcas en su piel que no se irían en varios días, dejando un beso en el aire salió de la habitación dejando al alfa y una nota.
Para cuándo el alfa despertó, se encontró solo pero tampoco era sorpresa, aún así quedó con la intriga de saber la identidad del precioso Omega con el que había pasado la noche, una maravillosa noche, luego de darse un baño largo salió a buscar su ropa encontrándola doblada sobre la cama con una nota la cual tomo para leer, una sonrisa se formó en sus labios.
“Gracias por una inolvidable noche, Jk”
Y sin duda sería inolvidable para los dos.