🕊️. 4

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Las estrellas resaltaban entre aquel oscuro cielo, los invitados no dejaban de llegar, el castaño no se encontraba con ánimos de ir aquella fiesta

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Las estrellas resaltaban entre aquel oscuro cielo, los invitados no dejaban de llegar, el castaño no se encontraba con ánimos de ir aquella fiesta.

Él no estaba en la obligación de ir, Music lo observaba desde la puerta, soltó un leve suspiró, no tenía ganas de seguir en aquel lugar, no podía ver a los pequeños niños que rescató.
Quería saber si ya comieron, si están felices en su nuevo hogar...como se encontraría su padre.

Siguió en sus pensamientos cuando una mano tocó su hombro, miró sobre su hombro topándose con Music.

—Mi amo, el príncipe ordena su presencia— habló mientras le entregaba las prendas que aquel maldito hombre le había entregado.

Frunció el ceño al ver las prendas, con desinterés las tiró por el balcón, ganándose una mirada aterrada de parte del de orbes azules.

—¡Amo!— exclamó mientras se posaba en el balcón —¿Porque hizo eso?, El príncipe se molestará— afirmó.

—No me interesa— respondió mientras se dirigía a la puerta.

Seguido por el de cabellera café, tras abrir la puerta una mujer con poca tela entró a su campo visual, el castaño arqueó una ceja al notar que está se sujetó de su brazo.

—Oh~, comme c'est attrayant— «...que atractivo»halagó mientras iba cortando la distancia.

—Fuera de aquí, salope— «...mujerzuela/puta», habló mientras la alejaba del castaño.

Esclave dégoûtant, tu verras— «Asqueroso/repugnante esclavo, ya verás», soltó furiosa.

—Ya verás tú, largo de aquí—.

La mujer de cabellera azabache se alejó indignada, el castaño se encaminó hacia las escaleras, las cuáles bajó rápidamente.
Al llegar al gran salón varios ojos curiosos lo observaron, se giró hacia aquellos ojos bicolores, éstos miraban atentamente cada movimiento del castaño, un mozo se acercó al castaño, ofreciéndole una de las copas, Andrés sin retirar la mirada de aquellos ojos bicolores, tiró las copas con su brazo mientras tomaba la última con sus largos y ásperos dedos.

Todo lo observaron sorprendidos, el de cabellera roja sonrió ante el acto, Andrés gruñó ante la sonrisa pícara del príncipe, de un sorbo tomó el champán, con molestia tiró la copa contra el suelo.

—L-lo lamentó tanto— se disculpó el de cabellera café mientras corría a recoger los pedazos de vidrio.

Andrés fulminó con la mirada por última vez al pelirrojo para luego girarse y dirigirse hacia el gran jardín, al librarse de las miradas cayó al suelo.

—m-muchas miradas— susurró con las piernas temblando, el buscaba molestar al príncipe, cosa que no sucedió.

Aún con un poco se nervios se levantó, nunca antes se había encontrado en una situación dónde todas las miradas se centraban en él, bueno, después del suceso frente al Libérateur, dió pasos débiles hacía las bellas flores, había de todo tipo de colores pero sólo unas le llamaron la atención, rosas negras, flores majestuosas y con clase.

Se acercó a oler su dulce aroma cuando escucho una rama se pisada, se giró rápidamente encontrándose con su hermano.

—Te estabas muriendo de nervios, ¿Verdad?— preguntó mientras se acercaba hacía el castaño.

—No, ¿Porque lo dices?— negó mientras levantaba el mentón.

—Andrés, te conozco— respondió con pasó lento.

El castaño tragó secó, dió un pasó hacía delante, retando a su hermano mayor, esté frunció el ceño, al quedar frente a frente jaló fuertemente la oreja de su hermano menor.

—¡Arg!, ÇA FAIT MAL— «...DUELE», exclamó mientras se intentaba soltar.

—Esas copas me costarán a mi, niño maleducado— musitó mientras ahora peñiscaba las mejillas.

—Auch, ¡Basta!— se quejó adolorido.

Antes de poder soltarlo una presencia se ganó la mirada de los dos hermanos, el de orbes esmeraldas se alejó de su hermano rápidamente mientras tomaba postura militar.

—Príncipe Gonzalo— nombró Víctor mientras sudaba frío.

—Retirate— ordenó.

El de cabellera castaña obedeció la orden saliendo del acto, el pelirrojo miró pícaramente al castaño, esté solo frunció el ceño ante su arrogante presencia.

—¿Qué querés?— pregunto mientras se cruzaba de brazos.

—Tu escenita en el salón— habló, tomando camino hacia el castaño.

—¿Eso?, Las fiestas son para divertirse— se excusó.

Soltó una ronca risa —tu t'es amusé et tu t'es enfui— «te divertiste y te escapaste», delató mientras sus respiraciones se mezclaban.

—No me escapé— contestó —solo quería tomar aire libre— se excusó.

—Si, claro, por eso te temblaban las rodillas— habló mientras pegaba sus frentes.

—¡No me temblaba nada!— exclamó mientras mirada indignado al pelirrojo.

—Haré como si te creyera— respondió con la mira en los labios regordetes del contrario.

El castaño solo gruñó ante las provocaciones del pelirrojo, retomó la distancia, tras darle la espalda al príncipe empezó a caminar entre los rosales.
El príncipe lo divisaba desde lejos, teniendo una bella imagen del castaño.

Bêtement mignon— «estupidamente lindo»

🏳️‍🌈: No va rápido, bueno, XD si va rápido pero Gonzalo le trae ganas del frutifantastico, quiere experimentar lo que es foll*r a un chico

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🏳️‍🌈: No va rápido, bueno, XD si va rápido pero Gonzalo le trae ganas del frutifantastico, quiere experimentar lo que es foll*r a un chico.

Libertad © SpartorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora