Capítulo 1: Combustión

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Y ahí estaba, tirada en la cama, viendo como el ventilador daba vueltas, aunque mi cabeza giraba más que ese dichoso ventilador. Ya me mareé de tanto mirarlo, así que decidí girar y mirar por la ventana, el sol ya estaba saliendo para formar un nuevo día. Je, un "nuevo" día. Sin duda, todo esto es nuevo a partir de ahora. Me llamo Daysi y esta es mi historia.
-Daysiii, levántate de una vez. No te lo repito más.
-Ya voy mamá. <<Odio madrugar temprano>>.
Entre bostezos salgo de la habitación, huelo el café con leche que ha preparado mi madre, adoro ese olor, ojalá hagan un perfume con ese olor.
-Buenos días mamá.
-Buenos días Daysi, venga desayuna que se nos hace tarde.
-Cada mañana dices eso y siempre llegamos a tiempo. Déjame el café porfa.
-Ten toma, ¿y si cada mañana te digo lo mismo por qué no despiertas antes? Así no te lo diría.
-Es que así, te tengo despierta desde temprano y con energía jajaja.
Me echó una mirada de esas que son. Di una palabra más y verás. Así que decidí tomarme el café e ir a prepararme.
Así al cabo de unos 20 minutos llegué al instituto, Instituto World Better su lema es, "con la mente por delante". Lo único que tiene de mente es lo deprimente. Uno de los baños no funciona, hay ventanas rotas, baldosas salidas, y en un baño hay un agujero en el techo, no sé porqué tratan de vestir bien el instituto por fuera si por dentro está podrido.
Y ya estoy en mi clase 4ºA y con la misma que me siento ya estoy deseando salir de clases, y encima hoy no vino Teresa, desde el viernes ha estado con gripe.
Y aquí empieza todo, entra el profesor Cris, algo inusual ya que no le toca a el dar ahora clase y es nuestro tutor.
-Hola a todos por favor sentaos, os estaréis preguntando que hago aquí y dónde está la profesora Samanta.
-¿No ha venido? ¿Podemos salir fuera?
-No Nacho, y no interrumpas. La profesora, vendrá en poco, que le ha pillado el tráfico, pero, estoy por otro motivo, y es que hoy se nos añade en clase un nuevo alumno. Ya puedes pasar.
Entra un chico de pelo negro, ojos marrones, pelo liso pero sin peinar.
-Hola a todos me llamo Jack... ¿Ya puedo sentarme?
-Una presentación larga eh. Si anda... Ve y siéntate. Ahora te traemos los libros, y el resto id sacando el material que en poco llegará. Adiós.
Ahora con él, éramos 27 personas en clase, y dado que mi amiga no había venido decidí darle la bienvenida.
-Hola, ¿Qué tal?
Me miraba sin abrir los labios.
-¿Qué te parece el instituto?
Seguía sin decirme nada.
¿De dónde eres? ¿Qué te gusta hacer?
-¿Siempre eres así de pesada? Lo siento, pero no me interesa hacer amistades.
Se quedó mirándome esperando a que me fuera.
-Como veas, pero bueno me llamo Daysi.
-Ajá.
-Vale ya me voy.
Sacó una libreta, la abrió, pero se puso a girar el bolígrafo. Yo me volví a mí asiento pensando, <será gilipollas, seguro que es el típico que se hace el interesante, y a la semana está pidiendo a todos que seamos sus amigos>.
Al rato llegó la profesora Samanta exhausta.
-Hola a todos, perdón, el tráfico estaba fatal, ya me han informado que hay un nuevo alumno, espero que os llevéis bien con él y viceversa. Empezamos la clase de matemáticas.
El tiempo pasa tan lento cuando te aburres, ¿de que me sirve saber que X+3=11 tengo que poner el 3 restando y hacer que ahora sea X=11-3=8? Mi familia lleva años trayendo el pan a la mesa y nunca han hecho esa operación.
-De tarea para mañana, me hacéis los tres ejercicios de la página 86, hasta mañana y tened buen día.
Estaba decidida a no rendirme, así que, me levanté de mi silla, y volví al asiento de Jack.
-A ver tú. ¿De qué vas? ¿No vas a hacer amistades?
-No me interesa.
-¿Por qué? ¿Eres el hijo de un famoso? ¿Ocultas algo? ¿Te crees superior?
-Primero, ni sé quién es mi padre, si es famoso me importa una mierda, segundo, no me creo superior, tercero, todos ocultamos algo, cuarto y último, me das igual y yo voy a lo mío. ¿Te ha quedado claro?
-¿Es qué nunca has tenido una amistad?
-¿Por qué tanto interés en mi vida? Si tu vida, es aburrida no es mi problema, ahora déjame en paz. Último aviso.
Me echo una mirada peor que la de mi madre de esta mañana, yo solo tenía ganas de gritarle y decirle 4 cosas estaba echando chispas, pero ya había llegado el maestro de filosofía y empezábamos la clase.

Rosa negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora