—Pues verás, yo no tengo padre, cuando mi madre se quedó embarazada de mí, mi padre cogió las maletas y se fue. No sé si está vivo o muerto ni dónde está ni tampoco me interesa la verdad. Pues ya desde que era pequeño veía que a mi madre le costaba bastante llegar a fin de mes, tenía dos trabajos, tenía que ir a buscarme al colegio, hacerme la comida etc, entonces un día me desperté, era de noche aún y oí un llanto, fui sin hacer mucho ruido y era mi madre llorando por el estrés y la necesidad de salir adelante. Al ver eso algo dentro de mí cambió y decidí que aunque fuese por la mala vía, haría que mi madre tuviese una mejor vida. En mi antiguo instituto se sabía quién vendía mercancía y quién compraba, así que me acerqué a ellos y les dije que quería vender y colaborar, me dieron para vender y poco a poco fui haciendo un dinero y conseguía más clientes. Vieron que podían confiar en mí y empezaron a usarme como repartidor y como era más arriesgado más dinero me llevaba.
—¿Entonces trabajas para alguien?
—Ahora ya no. Verás al principio iba todo bien, pero al cabo de unos meses nos fuimos haciendo un nombre y, ¿qué pasa cuando te vas haciendo un nombre? Que eso llega a todos los oídos y llegaron a los de la policía, entonces les dije que dejásemos de vender y que nos retirásemos que teníamos bastante, ellos quisieron seguir llenado sus carteras y yo por precavido decidí irme del grupo, a los tres días de yo haberme ido la policía irrumpió en donde trabajábamos, confiscaron toda la droga que teníamos.
—¿Y como es que tú sigues teniendo?
—Porque nunca vendía todo, siempre me quedaba con un poco por si surgiese alguna emergencia.
—¿Y por qué viniste aquí?
—Por dos razones, los yonkis de allá pensaban que yo los había traicionado para hacerme yo con el control y recibía amenazas por parte de ellos, aunque nunca llegaron a nada y porque mi madre había encontrado un trabajo aquí.
—¿De qué trabaja?
—Secretaria de un concesionario, no sé cómo consiguió el trabajo, pero es lo mejor que le ha podido pasar.
—¿Y ella sabe que tú vendes drogas?
—Seguramente, nunca se lo he dicho pero si tu hijo trae mucho dinero durante varios días o tiene un suggar o vende droga.
—¿Y vas a seguir vendiendo aquí? Quiero decir, tu madre ya tiene un buen trabajo ya podrías dejarlo y vivir "normal".
—Si lo sé, pero quiero seguir ayudando, cuando sea mayor de edad y ya pueda trabajar dejaré esto y buscaré un trabajo.
—Deberías de dejarlo ahora. Hoy me pudo haber pasado algo grave, pero tú podrías ser el mismo mañana.
—Cuándo trabajamos por las personas que amamos, no nos fijamos en nosotros. Puedo estar cansado, herido, con sueño, pero nada de eso importa, en cuanto ves la sonrisa en su cara, cuando ves que tus semillas dieron frutos. Puedo perder la vida lo sé, pero si la pierdo fue por ayudar a alguien.
Me dejaron sorprendidas esas palabras, no podía comprenderlas al 100% ya que nunca había trabajado, pero, al verle, vi una mirada decisiva y entendía de dónde venía esa confianza de el.
—Eso es... Bonito la verdad.
—Aquí tienen sus pizzas, que aproveche.
—Muchas gracias.
Esa charla me dejó pensando en, si yo podría hacer lo mismo por alguien que amase. Nunca me había enamorado o había pensando en dedicar mi vida a alguien para que estuviese mejor.
Acabamos de tomar las pizzas y luego Jack decidió acompañarme hasta mi casa y en el camino fuimos charlando.
—Oye cuéntame más sobre ti.
—¿Qué quieres saber que no te haya dicho ya?
—No sé. Mmm dime algo que te guste y que nadie lo sepa por ejemplo.
—¿ Si nadie lo sabe, por qué deberías de saberlo tú?
—Oooh así que si tienes algo. Cuenta cuenta.
Después de un suspiro me dijo.
—Me gustan las rosas negras.
—¿Por qué?
—Por lo que representan.
—¿Y qué representan?
—Tienen dos significados, uno es de luto al morir alguien y el segundo es que simboliza el amor eterno y me parece muy interesante ese contraste, que lo mismo puede significar la muerte pero también significa el amor eterno.
—Es un significado romántico, no me esperaba eso de ti.
—Nunca me verás viendo pelis románticas tapado con una manta y helado o palomitas, pero cuando significa algo así si me parece lindo.
—Es bastante interesante.
—Bueno te toca, dime algo que te guste y nadie sepa.
—No vale hacerme la misma pregunta, no es original ja ja ja.
—Eh yo te he dicho te toca a ti preguntar o te dejo aquí sola.
—Que malo eres. Bueno esta bien. Me encantaría tener una serpiente de mascota.
—¿Por qué?
—Con sus ojitos tan chiquitos esa lengua bípeda y he oído que es muy suave acariciarla, lógicamente no tendría una venenosa, pero si me gustaría tener una alguna vez.
—Tienes gustos y sueños raros.
—Uy perdone, señor rosa negra.
Ambos empezamos a reírnos y después de un rato me dejó en la puerta de mi casa.
—Pues bueno Daysi hasta el lunes en la escuela.
—Hasta el lunes y mira si quieres llevarme de nuevo a una fiesta hazlo, pero que sea por gusto no por trabajo porque me lo he pasado bien contigo.
—Me alegro de que te lo hayas pasado bien. Ahora descansa.
Me metí en mi casa, intentando hacer el mínimo de ruido posible para no despertar a mi familia. Me quité la ropa me puse el pijama y me eché a dormir, estaba demasiado cansada pero a pesar de haberme divertido, en mis sueños durante ese fin de semana siempre era el mismo. Soñaba con el hombre tocándome las piernas, yo gritaba pero esta vez no había nadie, luego le empezó a salir sangre de la boca y me preguntaba. ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? Ese fin de semana no logré dormir nada y despertaba con sudores fríos y con las manos temblando sintiendo que me estaban tocando, el lunes al ir a clase Teresa fue corriendo a mí asiento.
—Cuéntame cuéntame, ¿cómo fue la fiesta? ¿Hubo besos? ¿Toqueteos? ¿Sois pareja?
—Que cotilla que eres ja ja ja.
No podía contarle todo lo que había pasado así que decidí omitir las partes de la droga el tocamiento de ese hombre y la apuñalada.
—Y después de cenar me llevó a mi casa fin de la historia.
—Ay pues que aburrida yo me esperaba mucho más. Mira ahí ya viene.
Jack entro por la puerta y no nos saludó, ni si quiera una mirada.
—Daysi, ¿le has hecho algo? ¿O hay algo en esa historia que no me hayas contado?
—Que no Teresa que no sé qué le ha podido pasar para estar así, luego le pregunto.
El profesor ya había llegado y decidió que íbamos a hacer un trabajo en parejas, decidí ponerme con Jack, así tendríamos tiempo para hablar.
—¿En serio te vas a poner conmigo?
—¿Pero a ti que te ha pasado para que estés así? Yo no te he hecho nada.
—¿Te acuerdas del hombre al que apuñalaste?
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Rosa negra
Romance¿Si la oscuridad es tan mala, por qué los besos los hacemos sin ver? Me llamo Daisy y esta es mi historia