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Época actual

Una tarde otoñal en la ciudad de Konoha, la brisa marcaba el inicio de estación, la coloración de los arboles eran visibles, la temperatura se notaba en las diferentes prendas que los habitantes solían escoger para protegerse de la frescura del ambiente.

- Que frío está haciendo – dice para sus adentros mientras se abraza a si misma – Creo que tendré que ponerme otra ropa.

Nadia registro su closet en busca de alguna prenda más reconfortante – Esto está mejor- Mientras sacaba un suéter con cuello de tortuga color negro con el símbolo del clan Uchiha en la espalda – Esto es viejo, ideal para estar en casa-

Nadia bajo las escaleras de su casa mientras llamaba a su abuelo – Abuelo, abuelo... ABUELO – Grito lo último al no tener respuesta – Dios, que sordo estás – dijo para sí misma, en ese momento aparecía el abuelo en el marco de la puerta del dormitorio de este.

- ¿¡A quién le dices sordo!? – El rostro del anciano se congelo al ver a su nieta con su reciente prenda favorita– Mocosa. ¿Cómo usas eso dentro de la casa, no es ropa de uso diario, ese suéter lo usaron antepasados nuestros, me lo traspaso mi padre y – fue cortado por Nadia

- Bla bla bla , Los Uchiha, ninjas , jutsus, el poder de la cabra – decía esto mientras hacia gestos con su mano emulando una boca que hablaba –

- ¡Chakra!, está juventud descarriada no tiene apego ni respeto a nada – decía el anciano en tono dramático.

- Ya, ya, tenía frío, si estoy en casa no me gusta usar mi ropa de salida, esté suéter nadie lo usa, no es tan terrible, además no soy un bebé, no lo ensuciaré ni nada, ¡por favor! - Sentencio Nadia, creyendo que la discusión por un pedazo de tela se tornaba absurda.

Aunque en parte podía entender la molestia de su abuelo. Desde pequeña siempre le contaba historias de lo fue la aldea de Konoha, en específico del Clan Uchiha. Según su abuelo, un linaje glorioso con mucho poder, sus integrantes con una capacidad innata de lucha, sin embargo, tanto poder no era equilibrado por la pasión que ponían en todas sus decisiones, algunas llevándolos a su propia destrucción o incluso terminando en guerras.

En sus constantes narraciones, había nombres que se repetían: Madara, Hashirama, Naruto, Kakashi, Itachi, Sasuke y Óbito. Este último personaje siempre le causo tristeza y rabia por como influyeron en él haciendo que tomará malas decisiones y como destruyo su vida y sus sueños.

- No quiero discutir, lo cuidaré, además siento que el Chakra crece en mi cuando lo uso – Dijo esto último en tono irónico, lo que no le causó mucha gracia a su abuelo.

Nadia y su abuelo vivían juntos desde que ella tenía 4 años, los padres de Nadia eran políticos y en uno de sus viajes de campañas el auto donde viajaban choco contra una barrera. El peritaje concluyo que fue un accidente producto de exceso de velocidad e imprudencia del chofer a cargo del vehículo lo que resulto en un trágico desenlace para los padres de Nadia.

La vida de Nadia no ha sido fácil desde ese entonces, si bien su abuelo cuido de ella lo mejor que pudo. Ella sabía que a sus 14 años tenía algunas carencias afectivas, ya tenía conciencia de que en ocasiones le gustaba la protección sobre todo de sus amigos, prefería estar rodeada de sus amigas, odiaba estar sola. Por eso siempre buscaba la compañía de su abuelo y este aprovechaba de contarle historias de sus antepasados. Tenía que ser una orgullosa Uchiha, porque sus padres lo hubiesen querido. Ellos estaban creando un camino para ella el cual fue arrebatado por azares de la vida.

La tarde transcurrió y finalizo en la llegada de la noche, por una extraña razón Nadia tenía la necesidad de ir a la oficina de su abuelo, lugar donde albergaba documentos, fotos y pergaminos antiguos, recuerdos de su casi extinto clan. Si, así es. Nadia y su abuelo eran los últimos Uchihas de la ciudad actual de Konoha.

Clan uchiha eterno (Obito Uchiha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora