Capítulo 9

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Sentía que el miedo me atenazaba la garganta, un sudor frió me recorría la espalda. Estaba en un bosque, uno muy oscuro y que tenía pinta de ser malo. Me había despertado en el tronco de un árbol, apenas veía algo con lo poco que iluminaba la luna, todo estaba en penumbra. A mi izquierda escuche un gruñido muy fuerte, me puse en alerta, no sabía que era esa cosa. No sabía qué hacer, nunca en mi vida me había encontrado en una situación similar. Mire a todas partes y vi un caminito medio iluminado por la luna, camine hacia allí despacio tratando de no hacer ruido. Fui despacio tratando de que lo que sea que fuera eso no me detectara, pero era demasiado tarde. Había notado mi presencia y venía a por mí. Por puro instinto empecé a correr, lo sentía cerca, gruñendo. Parecía como si se estuviera divirtiendo. Seguí corriendo pero me estaba cansado y empecé a jadear, no sabía cuánto había corrido, mis pulmones ardían y sentía las piernas de gelatinas, pero seguí corriendo.

-¡Corre, Aisha! ¡Corre!-Alguien grito eso, no sabía quién era, pero ya estaba cansada. Un grito desgarrador salió de mi cuando eso que me perseguí choco conmigo, caía al suelo con un sonido seco. Trate de zafarme, pero lo que tenía encima de mí no dejaba de gruñir y no se movía ni un centímetro por mucho que pataleara. Soltó un rugido sobrenatural, que me dejo estática. Lo mire y vi con horror que era un monstruo descomunal, negro como la noche con ojos amarillos y hocico como de un perro. Vi como abría sus fauces, mostró una hilera de dientes puntiagudos, un olor fétido golpeo mi cara y supe que era mi fin.

Me desperté sobresaltada, el corazón me latía a mil por hora. Se senté en mi colcha y mire a todos lados mientras sostenía una mano sobre mi pecho. Estaba bañada en sudor y me sentía mal. Había sido solo un sueño, me repetía. Solo un sueño. Uno malo. Trate de calmar mi respiración, mire a los demás, dormían plácidamente. Hasta vi que Cassian roncaba y no de manera bonita.

Poco a poco fui calmándome, me relaje y estabilice mi respiración. Me sentía mejor. Pero mi mente me mostraba de nuevo esas imágenes, veía ese animal y me imaginaba que no me despertaba sino que me mordía y me destrozaba como un animal salvaje, porque eso es lo que era. Un animal salvaje.

Aun sentada me fije en los demás, dormían plácidamente aunque Alexa dabas vueltas como una loca, y Cassian roncaba demasiado.

Mi mirada cayó sobre el escenario y más allá donde se encontraba la habitación donde quería mirar, me llamaba mucho la atención. Sentía como un pequeño tironcito que me llamaba. La luna me permitía ver un poco la puerta de aquella habitación y así, sin más quería ir a echar un vistazo. Un resplandor azulado me llamo la atención, vi que era la puerta que brillaba desde abajo. Era como si quisiera que fuera...

-¿Qué haces despierta?- Oí que preguntaron y casi me muero de susto. Chille de la sorpresa, vi que era Cassian que me miraba con una sonrisa, ese hijo de su madre, me había dado un susto de muerte.

-Eres un imbécil ¿Me oyes? Te odio.

-¿Oye venga a que tanta maldad?- Pregunto como si nada, me dio tanta rabia que me pare y le di una patada en una pierna. Vi con satisfacción con arrugaba el ceño ante el dolor.

-¿A que vino eso?- Dijo después de un momento como si él no hubiera hecho eso.

-Me asustaste. Además te estabas burlando de mi.-Hice pucheros como una niña pequeña.

-No me sorprende que no tengas novio. -Agrega.

-Mejor te callas.- Sorprendentemente se quedó callado y se volvió a recostar. Me acorde de la puerta y volví a mirar.

-¿Qué? No puede ser.- No pude ocultar mi decepción. Hay donde se suponía que debía haber esa luz azulada que me llamo la atención no había nada. Por culpa del estúpido Cassian desapareció.

Aisha y el secreto del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora