Mi amigo, el humano raro

Capitulo 1: Mi nuevo hogar...¿tal vez?

A la hora en que muchos trabajadores retornan a sus hogares, también lo hacía el joven llamado
Tetsuhiro Morinaga.

-(Oh no parce que llegaré tarde)- pensaba mientras corría para llegar al nuevo departamento que comenzaría a rentar desde esa misma noche, el dueño del condominio dijo que lo esperaría esa noche para poder entregarle oficialmente las llaves, Morinaga estaba preocupado por llegar tarde, porque primero ese ya era su hogar y no tenía otro lugar al que ir, y segundo el dueño le había hecho un favor enorme al recibir sus pertenencias de la mudanza en nombre de él y más aún subiendo sus cosas al segundo piso, que es donde viviría.

En otras palabras Morinaga le debía muchos favores al dueño.

-...ah...ah... llegué...- exhalaba Morinaga al llegar a las puertas de aquel edificio de departamentos.

Luego entro y subió al segundo piso, dónde para sorpresa, el dueño daba algunos pasos lentos para llegar a la puerta.

Morinaga sonrió al darse cuenta que el dueño también acababa de llegar.

-¡Buenas noches, disculpe la demora!- comento al acercarse amablemente.

-¡Buenas noches joven, justo a tiempo!- declaró el dueño, este era algo anciano, pero aún tenía la fuerza de un joven...bueno...según palabras de el.

-...que bien!- dijo Morinaga.

El dueño le entrego la llave de su nuevo departamento y Morinaga se lo agradecía, y antes de irse, el dueño le indico algunas reglas del lugar, aunque ya se lo había dicho en contables ocaciones, era descortés no escuchar las palabras de un anciano y más si es el dueño...
Primero le dijo que nada de ruidos fuertes, si permiten música, pero no alta.
Segundo nada de invitados sospechosos, esto le sonó muy relativo a Morinaga, porque cada quien califica a las personas.
Tercero, no dañar la estructura de los departamentos.
Cuarto, cualquier emergencia de inmediato llamar a emergencia y luego avisar al dueño.
Quinto, mmm...¿Que era el quinto?...

Morinaga en ese momento solo atino a sonreír, porque claro...el dueño no admitirá que esta olvidando cosas.

-...mm...bueno...no importa!!- dijo finalmente el dueño para luego sonreír.

-No se preocupe, estoy al tanto de todas las reglas, después de todo es un condominio bastante agradable y...

-¡Joven, no crea que estos condominios están viejos, están muy bien cuidados y son la historia en persona, fue modificada en muchas ocasiones para mantener el lugar con vida y ahora tenemos esta nueva estructura a poco de cumplir los cien años!!- el anciano decía todo esto con un tono de enorme admiración y respeto.

-(¡¿Casi cien años?!!)- pensó Morinaga, que parecía no creer todo.

Luego el anciano dueño...dijo

-...¿O ya los cumplimos?...- se rasco la calva -¿Cuando era la fecha de aniversario?...mmm- comento el dueño, pero Morinaga ya comenzó a divertirse por los comentarios de el dueño y aceptar que se quedaría ahí un poco más de tiempo.

En fin, Morinaga recibió las llaves, la bienvenida (nuevamente) y las buenas noches.

Al entrar a su nuevo hogar, era un lugar bastante amplio, una habitación regular, su cama muy pulcra, su tele y la sala ahí mismo, la cocina, amplio para una sola persona, lo cual era agradable, y el baño que estaba justo al otro extremo, bastante ordenado y amplio, porque entraba hasta una ducha.

Morinaga mas que feliz vio sus cosas en medio de la sala.

-(Mañana ordenaré todo, tengo toda la tarde libre)- pensó.