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En medio del silencio de la sala, Deku se dirigió a la salida y justo detrás de él, salí yo ignorando las miradas y murmullos preocupados de los demás.

El frío aire fue lo primero que percibieron nuestros sentidos al atravesar el umbral y fue la masa de oscuridad apenas interrumpida por las farolas del jardín la que nos recibió de inmediato.

A paso lento y nervioso, Deku comenzó a caminar en dirección a lo que, después supe, era la biblioteca, y yo le seguí una vez más sin rechistar.

Estaba nervioso, tanto que temía por los resultados que tendría esta conversación, estaba temeroso de obtener solo su desprecio a cambio, o peor, me aterraba pensar en la posibilidad de que no aceptara mis disculpas, ¿Qué haría si él definitivamente me odia?, ¿y si aún me quiere lejos?, ¿y si está molesto por haberle besado de la nada?

Esta situación me estaba cambiando por completo, y no sabía hasta qué punto eso era algo bueno.

Había pensado cientos de veces en lo que diría cuando me decidiera a hablar con él, pero ahora, que paso a paso nos acercábamos a la biblioteca, me daba cuenta de lo inútil que había sido intentar planear la conversación, pues todo estaba dándose muy diferente a los cientos de posibilidades que imaginé, comenzando por el hecho de que el momento se había dado de manera completamente improvisada y que por primera vez en mí vida, realmente me importaba lo que alguien pensara de mí y lo que pudiera decir.

Pronto la calidez de la enorme biblioteca nos envolvió reponiéndonos del helado frío del exterior y fue hasta que el pecoso se sentó en uno de los sofás para dos personas y me miró esperando que lo acompañará que supe que definitivamente no había vuelta atrás.

—¿D-De qué querías hablar conmigo?—Preguntó inquieto cuando yo también tomé asiento en aquel cómodo sofá

—Eh, escucha, Deku, tengo muchas cosas que decir...—Hablé después de inspirar profundamente para tomar valor—Sé que no me quieres cerca, pero aunque odie admitirlo, necesito aclarar un par de cosas

—No, yo... ¡digo!, t-te refieres a aquella discusión, ¿cierto?—Se notaba igual o más cohibido de lo que yo estaba

—Sí, pero eso no es todo—Dije a la par que me giraba en mi asiento para de alguna manera verle mejor

Su mirada de color jade se incrustó con la mía una vez más mientras él replicaba mi acción y quedaba ahora completamente frente a mí. Yo sentía que a cada segundo que pasaba me acercaba más a la mi destino inevitable, aquel donde me mostraba sin filtros ni apariencias frente a alguien más.

Cuando Deku se mantuvo en silencio mirándome con ese verde tan intenso, supe que esperaba que continuara hablando, así que una vez más respiré profundamente y hablé de nuevo, haciendo mi mejor esfuerzo por mostrarme tranquilo.

—Deku, he sido un desgraciado contigo, muchas veces, tal vez demasiadas para contarlas—Admití avergonzado—Desde que éramos pequeños he sido cruel contigo y para mi mala suerte y la de todos, tengo el mismo carácter de mierda que la mujer que me trajo al mundo, y eso me complica las cosas porque mi asqueroso orgullo me impide hacer algo cuando me doy cuenta de que he tratado mal a los demás... y ese ha sido tu caso

—Kacchan, yo...

—Por favor, deja que termine—Le pedí sin ser brusco y sin dejar que formulase lo que fuese que estuviese a punto de decir—Como decía, te he tratado mal y aunque existen recuerdos de nuestra infancia que guardo con... ahh, con gratitud, he sido malditamente irracional y nunca mereciste ninguno de esos tratos

Hice una pequeña pausa, sentía mi orgullo quemar, gritarme que me detuviera, que me alejara mientras me fuera posible, que jamás volviera a tocar el tema y que mantuviera mi distancia para siempre; pero esta vez no lo escucharía, esta vez haría las cosas bien, aunque eso me obligara a exponerme por completo.

Trabajando juntos  || KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora