Capitulo 10

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Todo terminó de cocinarse, serví dos platos y subí arriba para indicarle que ya terminé de preparar algo delicioso.

—Ash!!, puedo pasar.

No respondió nada, volvía a preguntar pero nada, entre y lo vi hechado en su cama dormido, de tanto llorar se durmió.

Lo moví un poco y despertó tapándose inmediatamente con las sábanas, —acabó de preparar algo, ven a comer conmigo.

—dejame solo.

—no puedes estar sin comer.

—carajo, que me dejes solo!! —grito tratando de intimidarme.

—tus gritos no me asustan creeme e escuchado cosas más hirientes, parate ya! —le quite las sábanas y lo levante, si que pesaba —una mosca se va meter a nuestros platos.

Río un poco, le agarre de la mano y fuimos hasta abajo se sentó en la mesa tomando un cubierto.

—espero que sea de tu agrado.

Comió un poco y pareció gustarle, a si que siguió comiendo —que harás con ella —pregunte en respecto a la mujer.

—enterrarla en la parte trasera, llame a Fezco pero no contestó.

—bien, ella quien era para ti.

—mi abuela, me cuido a mi y a Fezo, y ahora ya no está.

—lo siento.

No respondió y siguió comiendo, hasta acabar, hize lo mismo, se levantó y fue a buscar dos palas, puse los platos al lavado y los dejé ahí.

—cavaremos y pondremos el cuerpo ahí —habló dándome una pala.

—no sería mejor pedir la ayuda de alguien mayor.

—vas ayudarme si o no.

—pues si lo pones así, si —salimos a la parte trasera y empezamos removiendo la tierra,pasaron como unos 30 minutos avanzamos bastante, me di cuenta que sus manos sangraba, y las mías también.

—descansemos un rato, se me va salir el ovario —dije en forma de broma a lo cual el me miró extrañado.

—que.

—todas las mujeres tenemos ovarios si no lo sabias —el estaba en tipo '' IMPACTADO''.

—no, como yo iba a saber todas esas cosas.

—sabes que también sangramos no —dije para molestarlo su cara hizo una expresión de''QUE ASCO'', reí ante su expresión.

—no, que asco —respondió.

—es algo normal, a ustedes no le pasa eso.

—no eso, pero si otras cosas.

—no hay nada más doloroso que el período, creeme.

—una patada donde no da el sol duele más —respondió.

—no, comparando los dolores es como si te patearan todo el día, los hombres no lo soportarían.

Era algo raro hablar de esto, pero era la verdad.

—bueno, hay que seguir ya va anochecer.

Pasamos más tiempo ahí, al fin logramos cavar, estaba toda sucia, y el igual, sus ojos inchados sus manos sangrando. 

—ahora tenemos que sacarla —dejó la pala ahí y entró, lo seguí de inmediato.

Miró a su abuela y la abrazo, la envolvió en una manta mientras lloraba, —ayúdame.

ADRONITIS [Ashtray and Tn] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora