seis

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Las gotas furiosas se sienten como pequeñas quemaduras en su piel empapada, no sabe en qué parte de todo el trayecto habían empezado a caer las gordas porciones de agua. Sentado en las pequeñas escaleras de dos escalones, se permite perderse un rato de las sensaciones desagradables que siente en su interior.

El bonito omega en cinta tenía una semana durmiendo en su sofá.

Realmente sus horarios no coincidían. Harry solo asistía al centro comercial los miércoles durante todo el día. Los demás días de la semana vivía en el pequeño estudio-oficina que había habilitado al lado de la lavandería la primera vez que tuvo un delirio de profunda inspiración de eso hacia varios meses atrás.

Louis despertaba por las madrugadas y regresaba exactamente a la medianoche. No preguntaba nada, su aroma no estuvo durante tres días, luego, al cuarto día su sala de estar estuvo impregnada con su nuevo aroma favorito. Como si el omega hubiese marcado cada punto estratégico a propósito y no por el hecho de que literalmente duerme en su sofá.

No sabe con certeza que día de la semana es pero cuando Louis pasa por su lado con un paraguas violeta y pequeños conejos en los bordes, se sienta a su lado y los protege a ambos de la lluvia puede decir que ese día en específico es de sus favoritos de la semana. No dicen nada por lo que parecen horas, la lluvia sigue cayendo tan fuerte. Es gracioso porque puede que ya no se esté mojando los cabellos pero sus zapatos están a este punto inservibles.

—Debe ser tan asqueroso que tus pies se mojen y tengas que sentir tus medias grumosas y pegajosas— el castaño dice distraídamente. Su voz está rasposa por el tiempo que lleva sin darle uso.

Harry supone que es bastante tiempo. Sin embargo, no dice nada. Sigue apreciando las casas y el cielo gris.

—Es gracioso, Harry. Justo tuvimos que coincidir en otoño. Lo ridículo y triste que es el otoño— suelta un pequeño suspiro melancólico y chasquea su lengua en desaprobación.—Siempre lloviendo, todo es gris. Tú eres gris, yo soy gris ¡Las ardillas son gris!

—Me gusta el otoño.

—Por supuesto, ¡Por supuesto que sí! Eres un cliché.

Harry sonríe de lado sin mostrar sus dientes, el hoyuelo tomando protagonismo en su mejilla. El castaño pincha con su dedo índice el lado derecho.

—Louis— empieza, retira su mirada verde cristalina del punto fijo en el que estaba, el bonito castaño ya lo está mirando —En cuánto tiempo, eh, ya sabes— le señala el bultito furiosamente resguardado en un cárdigan verde menta tres tallas más grande que su propia camisa blanca. 

—Diciembre.

El verde menta le da un toque de oro y verde a los usuales azul grisáceo. Y Harry jura que es lo único que quiere ver hasta el día de su muerte. Aquellos ojos que no expresan otra cosa que tristeza y algo más.

—Si lo que te preocupa es el hecho de dar a luz en tu sofá, no te preocupes. He estado buscando lugares— le sonríe y luego mira sus manos, empezando a juguetear con sus dedos—Son, de hecho, cajitas de foforos pero es todo lo que puedo pagar por ahora.

—Yo, no, ya sabes. No es lo que realmente pienso.

—Pero es lógico, Harry.

—Ojalá algún día puedas contarme la historia completa.

Louis le da una palmadita en el hombro, se levanta con un poco de dificultad aún sosteniendo el paraguas, le hace una seña a Harry para que se levante y cuando están en la protección del techo de la entrada de la casa del alfa cierra el paraguas sacudiendo un poco el agua. Él está totalmente seco a excepción de sus botas para el agua, en cambio, Harry es un desastre goteante.

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2022 ⏰

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fresas con crema ✿ omegaverse [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora