09.

352 32 3
                                    

Sí, me volví a ausentar, lo reconozco jsdksd en fin, les traigo un capítulo especial Rubegetta antes de adentrar en la trama, alerta de +18 aunque no es tan explícito. Disfruten.


Pov Rubius

No voy a mentir, me dio escalofríos que Vegetta se pusiera tan serio por una broma. Realmente él valoraba tener su casa en un buen estado, como hoy muchas veces me preguntaba si ese hombre era consciente de a quién tenía por pareja. Él sabía que pertenecía a la hermandad oscura, se me conocía por adorar ver el mundo arder... pero sin arder en él.

—Es que te enojas por todo, macho— Repliqué en un tono más suave, dejando de pelearle por un instante porque sabía en qué parte retroceder a cualquier discusión y ese era el momento.

Pero Vegetta parecía querer seguir en el tema, se giró de una forma casi elegante, observándolo con aquellos par de ojos violetas —¿Te gustaría que te destruya tu casa con TNT?

—Técnicamente mi casa es tu casa— Susurré por lo bajo, pero él lo escuchó.

Vegetta sonrió a medias. Eso me dio una pizca de alivio, en verdad no me gustaba que se enojara por temas sin sentido —Cabezón, sabes a lo que me refiero— Dijo sentándose sobre la cama, estiró el brazo para tomar mi mano con la suya —Tenía pensado para hoy pasarlo juntos. Ahora debo organizar una fiesta para, literalmente, todo el pueblo.

Vegetta se subió a la cama sujetando mi otra mano, llevándolas por encima de mi cabeza y se colocó casi encima de mí, obligándome a quedar recostado —Pero, aún tenemos tiempo— Se inclinó dejándome varios besos por el cuello, aquello lo sentía tan bien, y por un instante me dio igual si nos atrasábamos para la reunión —¿Pasamos a la acción?

Sólo pude asentir. Envolví mis piernas alrededor de la pelvis contraria ocasionando una fricción entre ambas entrepiernas y la temperatura en la habitación se elevó. Las manos de Vegetta soltaron las mías, bajando con desesperación hacia el bordillo del pantalón y dejó un espacio para desvestirme de la cintura para abajo. Quise ayudar, pero no me dejó hacerlo. Esta vez, él quería dominar la situación.

Vegetta retrocedió apenas unos centímetros cuando me separó las piernas con sus manos, enterrando el rostro sobre mis muslos, ¿era normal sentirme apenado incluso si no era la primera vez que lo hacíamos? Desvié la mirada a otro lado en un intento por calmar el arder del sonrojo sobre las mejillas. Mi respiración se volvió pesada cuando él continuó descendiendo, dejando varios besos húmedos hasta tocar mi entrada.

Regresé a mirar hacia abajo, encontrándome con una imagen bastante atractiva. Excitante. Su lengua comenzó a juguetear por el alrededor antes de introducirse en la entrada —Veg...— Estuve a punto de nombrarlo, pero un suave gemido interrumpió mis palabras. Y empezó a realizar repetidas penetraciones con la lengua, estimulando el área varias veces, dejando una humedad deliciosa por detrás. La manera que él tenía para hacerme gozar era superior, muy superior. Yo no recordaba haberme sentido así con otra persona.

—Por favor.

Un instante más tarde, se apartó relamiéndose los labios —Ojalá escucharte más así y no peleándome por todo— Resoplé a modo de queja, dándole un pellizco sobre la piel del brazo y me regaló una nalgada en respuesta. Vegetta volvió a regalar su atención por sobre la entrada e introdujo unos dedos en mi interior.

Pronto comenzó a moverlos, volviendo a realizar leves penetraciones continuas y moviéndolos en forma circular para seguir estimulándolo, obteniendo más dilatación, de tal manera que también parecía estar buscando ese punto placentero. Sujeté su rostro acercándolo para besarlo de lleno en los labios, bajé mis manos por el torso contrario y acaricié ese cuerpo tan bien formado.

Aquello no duró tanto tiempo. Pronto, él retiró los dos dedos cambiándolos por su miembro erecto y la diversión comenzó.

***

—No, no, no. No me levanto.

Volví a tirarme sobre la cama. El dolor sobre la pelvis impedía que realice cualquier acción por más sencilla que sonara, como bajar las escaleras o, todavía peor, estar en la fiesta. Bueno, quizá estaba exagerando, pero eso me beneficiaba. Vegetta se ponía muy complaciente conmigo cuando era así, aunque... parecía que esa noche no. Me observó con una pizca de diversión en el rostro —Oh, nada de eso. Tú abrirás esa puerta, quedaste en hacerlo ¿no?

Eso era cierto, habían sido mis palabras, pero eso no significaba que iba a admitirlo. Vegetta se acercó tomándome de la mano para ayudarme a levantar —Además, creo que Auron tiene algo importante que decirnos— Estaba al tanto de los problemas relacionados al mencionado, la razón que le obligó a volver y los problemas posteriores que tuvo al llegar al pueblo —Tengo un mal presentimiento sobre eso.

—¿De Auron?

—No, sobre la situación de Reborn.

—Reborn me agrada, no parece mal tipo.

—¿Crees que él y Auron...?

Solté una risita. Me parecía que sí había algo entre ellos, pero no sabía muy bien de qué se trataba —No sé, ¿lo averiguamos hoy?

Vegetta pareció escéptico a mi idea —¿Crees que sea correcto meternos?

—Eh...— Tal vez tenía razón, tal vez no —Sólo va a ser una ayuda extra.

—Rubén...

En eso se escuchó el timbre de la puerta anunciando que alguna de las visitas había llegado. Sonreí con emoción tanto por la fiesta como por lo que tenía planeado para esa noche, si es que nada se atravesaba para interrumpirlo —Tocan tu puerta, vamos a recibir a la peña.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 13, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨𝐬 ; 𝐫𝐞𝐛𝐨𝐫𝐧𝐩𝐥𝐚𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora