CAPÍTULO I

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-¡Hijo! ¡Se te va a hacer tarde!-Escuchó los gritos de su madre provenientes del primer piso.-¡Jeon Jungkook!

El alfa gruñó y tiró de la almohada para cubrirse la cabeza pero justo en ese momento su madre abrió la puerta de par en par y dejó a su gran perro,Song, ingresar. El galgo saltó sobre la cama y empezó a saltar en su encima juguetonamente mientras que con la cabeza lo arreaba para que saliera de la cama y le prestara atención.-Será mejor que te levantes de una buena vez o llegarás tarde a tu primer día en el instituto. Tienes 10 minutos para alistarte, cariño.-Agregó la mujer mientras abría las cortinas y dejaba que el sol ingresara a la alcoba y alumbrara todo a su alrededor.

El alfa suspiró exhausto. Se había desvelado jugando en su nueva PC. Amaba los juegos de terror y hacía no mucho había iniciado un canal de twitch por el cual transmitía sus partidas. Era extraño que no le gustara socializar mucho en la vida real pero se la pasaba muy bien conectado conversando con desconocidos de distintos lugares sobre los mejores videojuegos en el mercado y discutiendo sobre personajes de cómics. El canal le había empezado a ayudar a obtener dinero, además. Tenía una buena cantidad de seguidores y mecenas a cambio de unas cuantas desveladas. El día antes del inicio de clase había obtenido 300 dólares de una omega enamorada que lo seguía en todas sus redes sociales. Era una omega linda y Jungkook se divertía conversando con ella de vez en cuando. Habían coqueteado innumerables veces y a la omega parecía interesarle realmente. Sin embargo, para Jungkook... le gustaba sí pero era cosa de streamer - seguidor. No había más. No podría. A él le iban mejor los omegas machos. Todas sus anteriores parejas habían sido omegas machos.

Cuando terminó de alistarse, bajó al primer piso donde encontró a su madre ya uniformada para su nuevo empleo. Sus hermanos menores estaban desayunando tranquilamente unos bowls de cereales de colores con leche.

-Minghwa, Soobin, ¿terminaron? Corran a lavarse los dientes y al auto.-Anunció su madre.-Soobin que no se te olvide la mochila, por favor.-Agregó con un tono de advertencia divertido que hizo sonrojar al menor y único omega de los Jeon. Su madre era una beta.-Bien, hijo, necesito que apenas termines la clase vengas a casa para encargarte de tus hermanos. Llegan a las 4pm y yo salgo del trabajo a las 4:30... Necesito que me apoyes una hora y serás libre.

El alfa asintió. Esa era su rutina típica. Su madre iría a trabajar y él y sus hermanos a estudiar. Luego, por la tarde, él los cuidaría por unas horas hasta que su madre llegara del trabajo y se encargara de ellos, con lo cual Jungkook podría encerrarse en su habitación y hacer lo que le viniera en gana.

-Su padre me ha llamado.-Dijo la beta una vez en el auto. Sus tres hijos le prestaron atención.-A fin de mes tendrá un vuelo a Corea y aprovechó para pedir una semana libre. Así que lo tendrán con ustedes los primeros días de abril.

El pequeño Soobin chilló encantado y Minhwa no paró de parlotear sobre los regalos que seguro su padre tendría para ellos. Jungkook no lucía tan entusiasmado, pero se alegraba. Su padre era bueno, pero era piloto y estaba más fuera de casa que dentro. Pese a ello, la relación que tenía con su madre era buena. No estaban separados ni peleados. Ella era una mujer de negocios y necesitaba su espacio y él un hombre de las nubes y necesitaba el suyo. Cada uno hacía lo que quería y tenían tres hijos a los que amaban. Jeon Dongwho hacía videollamadas todos los días por la noche con su esposa e hijos y narraba su día a día. Eran una familia normal. Sin mayores problemas. Tenían una vida tranquila y vivían bien. Podían permitirse muchas cosas, inclusive viajes a otros países por fiestas o suscripciones a clubes para pasar el verano. No eran ricos o millonarios, pero eran una familia estable con muchas oportunidades.

-Te amo, cariño.-Lo besó su madre antes de dejarlo bajar del auto. Había estacionado frente a la puerta del instituto.-Que tengas un excelente día en tu último año de preparatoria. ¡Termina el año y podrás ir a la universidad, mi amor!-Exclamó risueña.

My little SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora