"Me gustas, Ji-yeong. No importa cuánto luche contra ello, no importa cuánto trate de borrarte, mis esfuerzos son tan inútiles que me hacen enojar, al igual que tu. -"
Luego de que cheong-sang se haya "desecho" de Gyeong-su, llore como nunca antes, mientras nayeon parecía bastante tranquila.
-Iré a traerte algo para que te calmes.- Gwinam se levanto y fue hacia uno de los cajones.
Gwi-Nam¬
Mientras buscaba un pañuelo vi a nayeon dejar el suyo junto a mi, lo tome y lo iba a llevar hacia Ji-yeong pero nayeon me detuvo. -¡Deja eso! Es mio.¬ Me miró con nerviosismo mientras escondía su pañuelo, por lo cual, me senté al lado de Nam-ra para comentarle lo que había visto y poder vengar la muerte de ese chico.
-Es raro.. Luego de que nayeon haya limpiado la herida, el se convirtió.¬ La pelinegra me vio como si yo supiera algo cuando no era así, solo me levante y regrese con Ji-yeong.
En un abrir y cerrar de ojos, ni nayeon ni la maestra seguían en la habitación, me sentí tranquilo, esa idiota de color rosa ya me estaba estresando, pero vi mal a Ji-yeong así que la abrace, tome su cabeza y la puse en mi pecho.
-Esa idiota ya se fue, todo saldrá bien, saldremos vivos de esto... Saldremos juntos de esto. ¬ Dije en voz baja, acariciando su suave cabello, mientras sentía que se tranquilizaba y su respiración se regulaba.
-No quiero que nadie más muera. - Dijo susurrando mientras acariciaba mis manos. - No quiero que mueras.- Volteo a mirarme con miedo en sus ojos. -No moriré idiota.- Intente mantenerme serio pero las lágrimas brotaron por las mejillas de ella y no evite el abrazarla y decirle que todo estaría bien. -Prometo vivir para ti. - susurre para luego levantarme. - Iré a buscar a la maestra, regreso pronto.- Me puse una chaqueta listo para irme cuando Ji-yeong se acercó a mi y me abrazo, sentir sus cálidas y suaves manos en mi rostro, mientras decia que era una pésima idea miles de veces, era hermosa y molesta.
-Volvere pronto, te dejare a cuidado de Nam-ra. - Dirigí mi mirada hacia la pelinegra. - Si cuando vuelva, ella no está aquí, terminaras cómo el que se acaba de morir.- Limpie las lágrimas de Ji-yeong, dándole un beso en la mejilla al final y salí del lugar, pensando en ella y en sí estaría bien sin mi.
Narrador¬
Luego de horas, Ji-yeong se preocupo por Gwi-Nam, habían pasado horas y no sabía nada de él, cheong-sang ya estaba con el grupo de nuevo, pero le dio miedo preguntar y aterrarse con la respuesta.
-Preguntale... No puedes ignorar la desaparición de Gwi-Nam. - La joven sabía que Nam-ra tenía razón así que se acercó a cheong-san.
-¿Donde está él?- Susurro con la voz temblando.
-El... Murió, perdón.- Fue lo único que el dijo para luego levantarse e irse hacia la ventana, pensando en cómo decirle que el mismo había lanzado el cuerpo de Gwi-Nam a los zombies para que sea devorado, la habitación quedó con un gran silencio mientras Ji-yeong solo lloraba.
No habían palabras para describir el sufrimiento que sentía en ese momento, Nam-ra la sostuvo mientras ella caía al piso, repitiendo el nombre de Gwi-Nam en voz baja. Nunca más escucharia la voz de aquel muchacho.
Flashback Gwi-Nam y Ji-yeong
Narrador¬
Gwinam se encontraba leyéndole a su novia, ya que ese día Ji-yeong se encontraba enferma, de pronto, una lagrima cayó por la mejilla de ella, limpiandosela rápidamente antes de que el chico se diera cuenta pero fue inútil, el ya la había visto.
-¿Quieres que me detenga?- la miro, mientras acariciaba sus manos calientes por la fiebre de la chica.
-No, continua por favor, falta poco para el final.¬
- "Entonces aquella rubia le dijo a su esposo. " Antes de dejarte ir, no supe que el mundo en el que estaba seria tan solitario" para luego dejar una rosa e irse del cementerio, dandose cuenta de que tendría la oportunidad de amarlo en otra vida. Fin. "
Presente¬
Mientras más lo recordaba, las lágrimas y el dolor aumentaba, pasaron las horas y se hizo de noche, todos dormían mientras Ji-yeong solo lloraba en silencio mientras recordaba los pequeños momentos con él.
"Me gustas, Ji-yeong. No importa cuánto luche contra ello, no importa cuánto trate de borrarte, mis esfuerzos son tan inútiles que me hacen enojar, al igual que tu. –"
Recordaba esa frase, su primera conversación sincera, y que hasta hace unos días, ella creía que era la única, se enamoro de alguien que no podía tener, nació para amarlo, pero no para estar con él. Era el fin de su historia de amor.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
