Capitulo 23

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Cameron se quedo callado y antes de responder sonrió .

-Tranquilo amigo, no es como que seas su dueño, ¿verdad Mariand?.

Abrí mis ojos como platos, me quede muda pero no hubo necesidad de responderle Travis lo hizo por mi.

-No necesito ser su dueño para saber que la estabas poniendo incómoda amigo. -Hizo énfasis en la última palabra.

Y antes de darle tiempo de responder me arrostro por la pista de baile hasta el centro, la pista estaba llena sólo cuerpos moviéndose y juntándose unos con otros, a pesar de eso éramos los únicos sin bailar.

Mientras caminábamos tuve tiempo de mirar bien su disfraz, no era exactamente un disfraz de príncipe lujoso, era más bien una especie de traje de cuero color madera oscura, con guantes, una camisa blanca y una espada en su costado todo se le veía a la perfección, el traje se ajustaba a su figura dejando ver... Bueno su... Cuerpo.

Cuando lo mire a los ojos se le veían distintos, esos ojos pacíficos y llenos de serenidad con el brillo especial que los caracterizaba y que me hacen sentir tan bien no estaban, en su lugar estaban unos ojos verdes profundos y vacíos.

-¿Estas bien?. -Pregunte tomando su brazo.

Mi miro de arriba abajo y regreso su camino hasta mis ojos, dio un suspiro y me tomo la mano, de nuevo caminamos pero esta vez no íbamos a algún lado de la pista o la barra.

Me saco de la fiesta y me guió por el campus hasta llegar a un pequeño quiosco de piedra. Se sentó y puso las manos en sus costados.

-¿Que hacemos aquí afuera? No me respondiste, ¿estas bien Trav?.

-Este lugar es muy especial para mi. -Dijo sonriéndome.

-¿Porque? ¿Qué tiene?.

-La primera vez que te vi, fue aquí.

Solté una risita, claro que no.

-No, no fue aquí. Fue en el pasillo cuando chocamos.

-Esa fue la primera vez que tú me viste.

Se levantó de su asiento y se puso enfrente de mi, estaba oscuro y nuestra única luz eran las velas que mostraban el camino y algunas lámparas encendidas.

-Era mi primer día, aún era temprano y estaba sentado aquí mientras todos me veían como el nuevo... Ya sabes, revisando mi horario por segunda y última vez supe que no tenía que entrar a la clase hasta dentro de diez minutos, mientras miraba a la escuela, a la gente, el ambiente... Pensaba que todo sería igual, que era lo mismo, los mismos grupos, las mismas actitudes, las mismas personas de siempre tratando de ser mejores que otros inventando cosas y tratando de lucirse. Y entonces te vi.

Me miraba fijamente a los ojos dejándome sin habla, mi corazón palpitaba más rápido de lo normal y me sentía nerviosa. Sus ojos eran aún profundos pero sinceros.

-Sin prisa por llegar, eras la única que parecía real... Distinta, sin arreglar y tranquila, con tu mochila de lado, tu pelo suelto sobre tus hombros y tu mirada al frente. Fuiste la única que no se detuvo a mirar al nuevo, la única que no me miro desde el principio, por alguna razón Mariand algo dentro de ti te hacia brillar, brillar y sobresalir ante todos y cada uno de los que estaban a mi alrededor y sin ni siquiera intentarlo. Eras la chica más hermosa que haya visto y no intentaban serlo; ya lo eras, lo supe desde ese instante en el que te vi.

Hizo una pausa y cerró los ojos cuando volvió a abrirlos continuo.

-Y que ahora un idiota venga y te diga que estas preciosa y te coquetee sólo por como estas ahora, arreglada y disfrazada me pone mal, me irrita y me enoja porque el no vio a la verdadera Mariand, a la preciosa real. Y no es que este diciendo que no estés preciosa, ¡Cielos Mariand me vuelves loco de sólo mirarte! -Dijo poniendo sus manos detrás de su cabeza y bajándolas instantes después- Pero no quiero que te coqueteen por estar así, porque ellos no vieron a la chica preciosa que yo vi aquel día.

No sabía que decir, sentía como si mi corazón quisiera salir de mi pecho y las mariposas inundaran mi estómago, ese día en el que me sentía invisible lo fui para todos menos para el sus palabras me hicieron sentir mejor que nunca, una lágrima en respuesta a sus palabras salió de mi y otra le siguió, el me hacia sentir bonita siempre.

Por un impulso lo abrace y apreté mis brazos a su alrededor el respondió a mi abrazo con una mano en mi espalda y la otra en mi cabello, me apretó contra el y así estuvimos yo recargada en su hombro y el sosteniendome como si el mundo dependiera de ello.

Cuando nos separamos puso sus manos en mi cintura y suspiro mirándome a los ojos, sonriendo acomodo mi pelo y lentamente posó sus manos en mi cuello y de la manera más tierna y dulce plantó un beso en mi frente, cuando se separo me sonrió mirándome a los ojos y me dio un beso en la punta de mi nariz soltando una risita adorable de un niño pequeño, movió sus manos a mi cara y pude sentir sus manos cálidas y fuertes me miro a los ojos y luego bajo la vista a mis labios como aquella vez, sus ojos esperaban como si pidieran mi autorización y tras unos segundos de espera... Junto sus labios con los míos, eran suaves y tiernos, me beso con dulzura, ternura y cuidado, lento y sin prisas como si fuéramos sólo el y yo en todo el mundo.

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De verdad no saben lo bonito que es leer todo lo que me escribieron y saber que les gusta la historia, como ya dije esto es gracias a ustedes y por ustedes. En verdad gracias gracias gracias.💙

Sigan comentando, me gusta leerlos. También me gustaría conocerlos así que si quieren platicar conmigo o conocerme un poco mándenme mensajitos y se los responderé con gusto🌻

Con amor, su autora.💕

La primera vez que te vi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora