Jungwon bajaba por las escaleras cuando un tierno y muy enojado rubio le dio un chocolate, ahora solo quiere encontrarlo.
[Especial por el día blanco, fecha que se celebra el 14 de marzo en Corea y otros países asiáticos. Only fluff]
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Jungwon llegó quince minutos antes de que las puertas del colegio fueran abiertas con el propósito de encontrar a aquel chico.
Tal vez se estaba muriendo por cerrar sus ojos y dormir por lo menos cinco minutos, pero ahora era más importante encontrar al que podía ser el amor de su vida.
Se había sentado en uno de los escalones de la entrada, posó sus codos en sus rodillas para después recargar su rostro en sus manos.
Saludó con incomodidad a algunos maestros y estudiantes estrellas, quienes lo miraban de forma extraña.
Jungwon podía soportar esas miradas si al final del día lograba encontrar a aquel lindo chico.
Soltó un suspiro, viendo el reloj que portaba en su mano izquierda, faltaban aproximadamente cinco minutos para que el timbre sonará y no había rastro alguno de aquel rubio.
Se levantó con cansancio, decepcionado por no haber logrado su cometido, y justo cuando estaba por darse la vuelta y entrar al edificio, lo vio.
Aquel rubio venía caminando, lentamente, como si no estuviera a punto de ganarse una sanción por llegar tarde.
Sus hebras rubias ocultaban los hermosos ojos marrones que el chico tenía junto a aquellas mejillas abultadas que a Jungwon tanto le comenzaban a gustar.
Sabría que no tendría otra oportunidad, por lo que tomó todo el valor que su cuerpo podría tener y caminó a aquel chico.
Se detuvo frente a él, logrando llamar su atención, logrando tener esos ojos rasgados mirándolo a él y solo a él.
Aquel chico frunció el ceño, confundido, después aquellas mejillas se pintaron de un carmín bello y tierno que por poco hacen que Jungwon se desmayará.
-¡Lo siento!- habló el rubio, con rapidez -¡No fue mi intención lo de ayer! Yo iba muy molesto y espero no lo tomes a mal, ¡De verdad lo siento!
Jungwon sonrió, viendo al chico frente a él actuando con timidez y pánico.
-No estoy molesto- habló, tranquilizando al rubio -Me llamo Yang Jungwon.
-Soy Kim Sunwoo- sonrió, soltando un suspiro -Me siento tan aliviado de saber que no estás molesto, me sentí tan patético cuando llegue a mi casa.
Jungwon no podía estar más contento, tenía el nombre del chico que rondaba su cabeza desde el día anterior, y no solo eso, estaba entablando una conversación con él.
Y aunque la perfección no existía, para Jungwon, Kim Sunwoo era lo más parecido a ella.
-¿Crees en el amor a primera vista?
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