Amor incondicional, aquel amor puro dónde no se espera nada a cambio.
Shinichiro Sano, un chico respetado por muchas personas encontró el amor en una linda niña castaña.
Sus sentimientos se fueron junto con el aquella trágica noche, sin embargo en...
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27 de diciembre de 2005
|• Pov ____ •|
—Maldición hace frío...
—Deja de quejarte...
—Toca otra vez, se me está congelando el trasero aquí afuera.
Ken se quedó callado. Nos encontrábamos afuera de la casa de Mikey. Originalmente solo me había llamado a mi pero no me quiso decir por qué, solamente me dijo que llevará una mochila pero nadamás. Mi hermano me acompaño por qué quería hablar con Mikey acerca del conflicto de Navidad. Cuando dijo esto supuse que yo también estaba ahí para lo mismo.
—Buen día niños.
—Buenos días señor Sano —Dijimos mi hermano y yo al unísono.
Asintió con la cabeza.
—Pasen... Mikey está adentro.
—Muchas gracias...
Una vez que nos dejó entrar caminamos unos segundos por un pequeño caminito hasta la puerta de entrada. Nos quitamos los zapatos y nos adentramos al lugar.
—¡____! —Grito Emma corriendo hacia a mi.
—¡Emma! —La tome entre mis brazos y giramos un poco.
Nos separamos unh y mire un poco sus prendas. Tenía un pantalón holgado color negro, botines del mismo color, una playera de cuello alto y manga larga, junto a un Cardigan tejido a mano en tonos azules.
—Emma... —Le di una vuelta— ¡Que linda estás hoy! ¿No es así hermano? —Voltee a verlo.
—Si, se ve linda...
Emma no tardó en sonrojarse, yo por su reacción comencé a reír.
—¿Dónde está Mikey? —Pregunte.
—En su cuarto, todavía está dormido.
—Ya me lo esperaba —Dije entre risas.
—Oye... —Emma se inclino hacia mi con el ceño fruncido.
Al instante se separó de mi colocando sus manos en la boca
—¡____! ¡¿Por qué tienes un chu-... —Cubrí su boca con una mano.
—¡Que graciosa eres Emma! —Dije con una sonrisa nerviosa— Te lo diré después... Pero no digas nada... ¿Está bien? —Dije en un susurro.
—Esta bien...
—Buenos días... —Dijo Mikey con voz perezosa.
Los tres volteamos a verlo y este se estaba tallando los ojos intentando despertarse mientras que en una de sus manos tenía cargando una pequeña manta.
—Pareces un panda... —Dije con una sonrisa.
—¡Uh! ¿Qué hacen ustedes aquí?
—Eres el colmó... Tu me dijiste que viniera aquí hoy.