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Entre chiflidos y vulgares halagos llegué al campo.

- Tardaste demasiado. - exageró Cristha. - Acomódate en tu lugar. - me indicó y acaté la orden. - No. Espera. - me detuvo. - Tú... - apuntó a una de las chicas de la segunda fila. - vete al lugar de Mikasa. - esta abrió los ojos como platos, digamos que no le agradaba mucho la idea de estar al final. - Ymir, toma el lugar de ella. - al igual que la "Tú" y Mina formaron una 'o' con la boca.

- Pero Cristha. - dijo con una voz aguda. La líder puso los ojos en blanco.

- Solo será por esta vez. - dijo con fastidio. - Ahora cámbiate. - ordenó.

- Cristha. - volvió a hablar.

- ¡Ya Mina! - le gritó de mala manera. - Ahí te quedarás, mejora tus saltos si quieres volver a estar al frente. - wow, creo que me trata mejor a mí que soy su "enemiga" que a sus amigas. No logro entender por qué siguen detrás de ella. - Acomódate ahí. - me dijo a mí que solo me dedicaba a ver la escena divertida. Caminé hacia el frente y me coloqué en el antiguo lugar de Mina.

El partido comenzó, los gritos no se hicieron esperar al momento que los equipos comenzaban a entrar al campo.

- Eres una A NI MA DO RA. - me dijo en silabas Cristha. - ¡Así que ÁNIMA! - me gritó ya que yo no me movía. Ni gritaba nada. Rodé los ojos y me interne en el papel de "animadora".

No habían pasado más de veinte minutos del partido, cuando comenzó a llover, al inicio eran pequeñas gotas, pero en cuestión de segundos era una lluvia torrencial. Bueno no tanto como torrencial, pero sí era fuerte.

- No te quejes Valeria. - le gritó Cristha. - Solo es agua. - tenía razón, solo era agua. No había motivo para quejarse como lo hacía Valeria.

- Mi cabello se arruinará. - dijo con desespero, solté una carcajada. Ahora si agradecía que Cristha me hubiera obligado a atarme el cabello.

Ya me dolía la garganta, tenía frio y estaba cansada. Jamás había gritado y bailado tanto y mucho menos bajo la lluvia. Y aún no había hecho entrar en acción mi plan.

Cinco minutos restaban para finalizar el partido, ambos equipos estaban empatados, el campo ya estaba hecho un desastre, el verde césped se había transformado en un enorme charco de lodo. Los uniformes de los chicos ya no eran naranjas, ahora eran café obscuro al igual que mis tenis que de tanto salto ya estaban para irse directo al basurero.

Quedaban menos de dos minutos, Jeager se apoderó del balón, corría esquivando a todos los que se le ponían enfrente, Joel más adelante seguía corriendo, acercándose a la zona de anotación para esperar el pase de Eren. Justo cuando Eren levantó el brazo para lanzar el balón, justo ahí entraba mi plan.

- ¡Tú puedes Eren! - grité lo más fuerte que pude, seguido de mi grito, se escucharon los gritos y aplausos de todos los espectadores.

- Ya vas aprendiendo. - me habló Cristha, pero mi mirada estaba fija en alguien. Joel. Que al escuchar mi reconocible grito volteó inmediatamente hacia donde estábamos. Rodé mis ojos para posarlos sobre Eren, quien en vez de hacerle el pase al ahora distraído de Joel, siguió corriendo. Todo el público comenzó a gritar más y más, al ver a Eren a solo metros de la zona de anotación, tres segundos para finalizar y Jeager se lanzó llegando justo un segundo antes de la finalización del juego.

Todos corrieron hacia Eren eufóricos, chocando sus cascos y con fuertes gritos celebraban su victoria, esto sumado a los gritos y nuestros cantos, era increíble.

- ¿Qué rayos pasa contigo? - me gritó Joel, mi plan había funcionado.

- ¿Conmigo? - pregunté fingiendo no entender.

- Por tu culpa perdí el pase. - me reclamó, obviamente no era el mejor lugar para hacerlo. No si su novia actual estaba a escasos centímetros.

- ¿Por mi culpa? - pregunté enojada.

- ¿Por qué por su culpa? - intervino Cristha.

- Yo… yo... - tartamudeó como estúpido. - Por nada Cristha. - la tomó de la muñeca haciéndola caminar detrás de él. Ambos me aniquilaron con la mirada y salieron de mi vista.

- Eres perversa chica. - escuché la voz de Armin y no pude evitar reír.

- ¿Viste eso? - le dije victoriosa.

- Todos lo vieron. - dijo mientras se carcajeaba. - Se pudría de celos. - reiteró mi información.

- Ahora solo falta el tercer pájaro. - sonreí pícaramente.

- Mikasa, yo estoy seguro de que ese se te escapará. - cantó burlonamente.

- ¿Por qué?

- Míralo… - señaló con la cabeza a Eren quien caminaba hacia la salida rápidamente y con cara de pocos amigos.

- ¡Maldición! - grité furiosa mientras corría por mi bolsa y solo escuchaba las carcajadas de Armin. - Te quiero. - le dije y besé su mejilla. - Si fuera tú, iniciaría con los trabajos. - le grité mientras corría a la salida.

- Perfecto Mikasa. - pensé molesta. - Jodiste tu perfecto plan. - no lograba ver a Eren, seguramente ya se había ido.

Resignada caminé hacia mi auto, caminaba entre los autos tratando de llegar al mío. Al menos Cristha y Joel no pasarán una linda noche. Reí en mi interior.

Seguía caminando entre la obscuridad del enorme estacionamiento. Hasta que logré visualizar mi auto. Pero antes de llegar me sujetaron de la muñeca tirándome fuertemente y tan rápidamente que no pude ni gritar.

- ¿Por qué me fastidias? - logré reconocer el rostro de Eren en medio de la obscuridad, era Eren el que me sujetaba del cuello y me miraba con toda la ira del mundo.

- ¿Yo? ¿Fastidiarte? - afortunadamente la actuación es algo que se me da. - ¿Ahora qué hice?

- Volverte porrista, ese grito. - sentía su respiración mezclándose con la mía. - Entiéndelo, no me interesa nada relacionado contigo, ni amistad y mucho menos tu "apoyo". - liberó mi muñeca pero mi cuello seguía siendo prisionero.

- ¿Seguro? - susurré sobre sus labios mientras subía mis manos a su cuello, solo que yo al contrario de él, lo acaricie suavemente.

Tragó saliva, aunque lo disimulara olímpicamente, estaba nervioso.

Detuve mis manos en su nuca, para lentamente eliminar los escasos centímetros que nos separaban.

Just Me And Him [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora