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Mis piernas me tiemblan y mi respiración es pausada y muy lenta. Sigo observando las puertas de la biblioteca, esperando que Sunoo salga de ahí sin ti, mi pequeño Wonnie.

La verdad es que estoy asustado, no sé cómo te tomarás las cosas al verme, pero espero que no sean con gritos y miradas de odio. Es lo último que espero, que me odies... Aunque me lo merezco.

Lamo mis labios al ver como tu amigo sale de la biblioteca y se dirige a la salida. Espero con todo mi ser que cruce esa puerta y se vaya lejos.

La cruza.

Veo su silueta desaparecer cuando da la vuelta, pero aún así no me confío y no doy ningún paso.

Pasan alrededor de quince minutos, esperando a que no vuelva. Y cuando siento la suficiente confianza para poder caminar, miro la puerta doble de la biblioteca y camino hacia ella. La empujo un poco, entrando con sigilo y viendo al instante que casi no hay nadie.

Camino entre los estantes, procurando no hacer mucho ruido, hasta que veo como alguien en la esquina está durmiendo sobre sus apuntes. Me acerco más hacia esa persona, lo reconozco, es Wonnie...

¿Por qué está más delgado?

Rodeo la mesa y quedo frente a él, le observo el rostro, veo como su flequillo tapa sus cejas y parte de sus párpados... ¿Es maquillaje lo que tiene en sus párpados y en sus labios? Me sorprendo, pero aún así veo lo hermoso que se ve.

Levanto la mano, intentado acariciar una de sus mejillas pero me detengo a mitad del camino, poniendo en puño mi mano, al momento de alejarla. Aún no tenía permitido tocarle, y el verlo es algo que me arriesgo.

Suspiró un poco y me muerdo el labio inferior.

¿Por qué lo dejé ir?

¿Por qué me tuve que dar cuenta, hasta ese momento, que hice una completa estupidez?

Lo perdí, lo comprendo y lo siento.

Perdí a aquel hombre hermoso.

Me duele aceptarlo, pero esa es la verdad.

Te observo otro momento, viendo como tus pestañas acarician tu suave piel. Viendo como un puchero se hace en tus labios...

Te dejé ir, porque supe que hice un error, sin embargo, ahora pido perdón y una segunda oportunidad, que me tengo que ganar a pulso.

Gruño por lo bajo; sé que me tengo que ir antes de que despiertes. Pero antes de que me vaya, saco de mi mochila un paquete de galletas de chispas de chocolate y un leche en caja con sabor a chocolate. Además de una nota.

Espero que te guste, pequeño Gatito.

Y me fuí.

Gashina  💥Jaywon💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora