El Deseo Secreto del Príncipe [Final de Temporada]

Capítulo 25: Despertar

Pude sentir como sudor frío recorría mi espada.

Puede que todo esto sea más o menos mi culpa...

En la novela original, cuando el protagonista llega a la cueva era bastante tiempo después. El dueño original, Sigurd, ya no era más que huesos. Por lo que tomaron el brazalete y no tuvieron problema hasta que se descubrió que ellos lo tenía.

¿Acaso...? El que asesino a Sigurd en la novela original... ¿Fue Margen?

Pero..pero recuerdo que la novela decía que los que más buscaron el brazalete fue la organización que traiciono a Robín... Eso quiere decir...

¡MARGEN ES PARTE DE LA ORGANIZACIÓN!

Y también, la organización estaba secuestrando niños para sus experimentos.

¡Eso une todo!

Los uniformes, el veneno dentro de Sigurd, el secuestro de discípulo de Ezra...

Wow... Ahora sé cómo se sintió Sherlock Holmes... Hasta parezco cierto niño detective que también tiene una situación parecida a la mía...

¡Pero ese no era el problema ahora!

¡De que me sirve saber las verdades del mundo si morimos!

"Su alteza tiene que salir de aquí!" Grito Philip. Corrió hacia mí, pero Margen extendió su humo y atrapo la cabeza de Philip dentro.

"¡Philip!"

"¡HAHAHAHA! Nadie saldrá de aquí con vida..."

Margen serio con locura, daba un poco de asco verlo reír tanto.

"Silencio..." Pero en medio de la risa maniática de Margen, una voz ronca empezó a escucharse. Aun así Margen pareció no escucharla.

"Oye maldito loco, te dije que guardaras silencio." La voz sonó más alto, pero no era un grito, la voz sonaba neutral como si careciera de emociones. Aunque sonaba extremadamente enojada en esos momentos.

Dentro de la barrera de Gisella, una persona que estaba dormida, se fue levantando de la cama lentamente.

Margen finalmente se calló. Volvió a ver dentro de la cúpula y grito. "¡Maldito Sigurd, dame el brazalete si no quieres que mate a todas las personas aquí adentro!"

Sigurd, que tenía una cara que parecía tener una gran jaqueca, se quejó. "Cállate."

"Que te atreves a hablarme así-"

"Oye rojito, ¿acaso no ves la situación actual hasta cuando piensas hacerte el de los panes ah?"

Sigurd interrumpió a Margen, pero nadie pudo entender sus palabras.

Pero pronto pude escuchar la voz que había estado callada desde hace rato. <Vaya realmente eres un malagradecido. Si no fuera por mí, todavía estarías en esa cueva, ¿sabes?>

De repente una luz roja salió de mi brazalete. Y con la voz que sonaba como la de un niño malcriado dijo. <Oye chico, te haré un favor, ya que parecen que están en problemas, ¡pero planeo quejarme luego!>

La luz roja empezó a brillar más y pequeñas luces aún más pequeñas salieron de él, haciendo que el humo negro se disipara.

"¡No! ¡Mi humo!" Margen grito. Pero no pudo hacer anda más, puesto que el martillo de Ezra finalmente lo golpeó por su lateral.

El cuerpo de Margen salió disparado y se estrelló contra la pared.

Ezra se acercó al cuerpo y dijo "Se acabó rata. Ahora dime donde está mi discípulo."

Margen que tenía un brazo totalmente achicharrado, se veía bastante mal. Hasta daba un poco de lástima. Pero solo pudimos escuchar como se reía entre dientes y su cuerpo empezaba a desaparecer.

"¡Tiene un pergamino de teleportación!" Dijo Gisella que estaba ayudando a Sigurd a ponerse de pie.

"Hahahaha. Tendré que retirarme por ahora, quien diría que el brazalete encontró un dueño adecuado." Margen dejó de reír y me volteo a ver. "La próxima vez que nos veamos iré por su brazo alteza."

"¡Bastardo a donde crees que vas!" Ezra corrió hacia Margen, pero este ya había desaparecido de la habitación.

"¡Maldición!" Ezra golpeo la pared de pura frustración.

Luego de la intensa batalla, el silencio finalmente volvió al lugar. Sabía que Ezra estaba frustrado, así que intente consolarlo. "Señor Ezra no se preocupe, todavía tenemos a los otros dos, ellos talvez sepan donde está su discípulo."

"Mmmm...." Ezra únicamente asintió. Talvez debería dejar que se estabilicen sus emociones.

Pero mis emociones rápidamente dieron un gran salto cuando escuche una voz fría atrás de mí.

"Creo que deberíamos hablar."

Voltee a ver, y Sigurd me estaba mirando con una mirada más fría que el hielo.

Dios... ¡Ayuda!