大通り 🚈boulevard♡#!¡

wine, drugs and he 𓂃✿𓈒𓏸

Pov: Thomas

Eran las 12:30 de la noche, el frío entraba por la ventana de mi habitación y la luz tenue de mi lámpara blanca en mi mesa de noche era lo único que alumbraba mi recámara.

Era raro.

Esa sensación... La extraña imaginación me da vueltas mi cabeza, pero es como si una pequeña mancha aún estuviese en esa pared completamente blanca, a pesar de que le haya pintado cuidadosamente ya varias veces.

Ese famosos sentimiento de vacío suele atormentarnos a muchos, una breve melodía melancólica que es el recuerdo de la risa de alguien.

Tweek.

El es esa pequeña mancha, pero el si desapareció de un lugar en el que aún debía quedar pintado.

Me encontraba mirando fijamente mi techo, veía como la luz se reflejaba vagamene por este, meditaba de que iba a ser de mi el día de mañana.

Me di media vuelta hacia mi mesa de noche, en donde estaban algunos libros, mi lámpara, una copa de vino y mis pastillas dentro de una pequeña caja.

Mis pastillas, mi salida para encajar.

Suelo tomarmelas todos los días, cada tres horas sin parar.

Ya no soy capaz de recordar el por qué de su consumo.

Lo único que recuerdo es a mi madre drogada, gritándome "por qué no eres normal?". Enseguida de eso, me golpeó con el tarro de píldoras hasta hacerme sangrar.

No era su culpa, era la mía, ese día no tomé mis medicamentos.

Ella solo se preocupó

Es lo que las madres hacen, no?

Usualmente no me gusta recordar mi infancia, aveces siento que es por esa la razón por la que tomo medicamentos.

Solo una pequeña parte de mi niñez es recordada con cariño.
El día en el que entre a esta academia, en mi misma aula se encontraba Tweek.

"Te prometo que sanaremos juntos"

Es lo que el me dijo

Seguí viendo fijamente la caja de pastillas cuando mi vista se desvío a la copa de vino.

Tenía una botella de vino amargo debajo de mi cama, estaba media vacía, a  tragos de acabar.

Alcance a sentarme con pocas fuerzas, tallandome los ojos, estirándome un poco tomé la copa.

Tomé 5 tragos continuos, dejando sin gota alguna la copa. La dejé en la mesa de noche y baje mi brazo, agarrando así la botella entera.

Ya no soy capaz de recordar el por qué de la razón por la cual tomo licor.

Aun así tomé 4 tragos continuos, para así tomar una bocanada de aire.

El sabor era amargo, el vino no estaba frío, más bien era una temperatura ambiente, un poco fresca.

Se sentía bien, mi consiencia se sentía ida.

Tomé 5 tragos consecutivos, envenenandome de aquel agrio licor.

Tomé mi bote de pastillas, y puse 3 en mi lengua, seguido de eso tomé 3 tragos para pasarlas por mi garganta.

Todo se desvanecía, no era consiente de mi consiencia y mi consiencia no era consiente de mi.

En mi cabeza solo cabían recuerdos lucidos de Tweek, mancha de porcelana, autor de los mejores momentos de mi vida.

Inconscientemente empecé a llorar, acariciando el cristal de la botella, sosteniéndola tomando un trago más.

Parecía que alusinava, al ver semejante sombra en el marco de mi puerta, reconocí el cabello revuelto, pero esas alas eran únicas.

Un ente más conocido como "demonio " paso por mi candelabro de velas apagadas, tocando suavemente mis sábanas.

Mis ojos estaban borrosos, casi cerrados.

Si no fuese por sus patas de cabra y alas juraría que era Tweek, esa piel de porcelana rojiza, y ese cabello suave blondo eran fáciles de reconocer.

El se acercó, tocando mis manos.

Me sentí seguro con su tacto, era suavemente relajante.

No me moví, me quedé espectante.

El ente susurro un "te extraño" y al escucharle mi corazón empezó a palpitar frenéticamente.

Era su voz, y como si de un sueño se tratase, mis ojos se volvieron a cerrar.

Al despertar, mi copa y la botella estaban acomodadas delicadamente en la esquina de mi cama.

Mis pastillas estaban  en el cajón de mi mesita de noche.

Es como si el estuviese ahí