JISOO
Al volver al campus, me mantuve pensando en lo que Wendy había dicho sobre Rosé. Las señales estaban claras frente a mis ojos, pero de todas maneras, yo tenía miedo de apresurarme y malinterpretar todo. Tal vez Rosé solo quería que nos lleváramos bien, para hacer la convivencia menos dificil... o tal vez era su manera de mostrarme que estaba ahí.
Cualquiera fuese su mensaje, no iba a presionarla. Solo iba a seguirle la corriente, y que pasara lo que tuviese que pasar.
Una semana después, me encontraba recostada en el sofá de la sala, mientras leía un libro y Rosé preparaba brownies. La primera vez que los había hecho, se le habían pegado al molde; la segunda se le habían quemado y en la tercera estaban muy salados. Decir que tenía miedo de probarlos esta vez, era subestimarme, porque en realidad estaba aterrada de ver con qué cosa salía.
- En cinco minutos están.- Anunció Rosé, saliendo de la cocina con un delantal y una sonrisa.
- Quiero terminar mi libro antes de morir.- Dije, de manera dramática, Rosé rio nasalmente y se quitó el delantal. Se sentó en el sofá, y colocó mis piernas en su regazo.
No sabía cuál había sido el momento exacto en el que la confianza para tocarnos sin razón aparente había vuelto, pero ninguna de las dos se quejaba. Y yo no sería la primera. Me gustaba esta versión despreocupada de nosotras, que nunca había experimentado.
- Jisoo.- Me llamó Rosé, con una risita.- ¿Qué haces leyendo un libro de unicornios?
- muy bueno, qué pasa.- Dije indignada.
- Es para niños cinco años...
- ¿cuál es problema? Por menos estoy segura de voy entender todas palabras.- Me encogí de hombros.
- Aunque tampoco como que tú mente está alejada de un niño de cinco años...
- cállate. Mejor anda a sacar los brownies del horno antes que se quemen.- La callé, fingiendo estar enojada. Rosé suelta una risa, y luego se levantó para ir a buscar su creación. Esta vez, a diferencia de otras, olían bastante bien y tenían buen aspecto.
Rosé cortó trozos, y los sacó del molde para colocarlos en una bandeja. Extendí mi brazo, para tomar uno, pero ella me pegó en la mano.
- Están calientes.- Me regañó.
- Si, mamá.- Rodé los ojos.
El teléfono de Rosé comenzó a sonar, y ella me hizo un gesto con la cabeza de que atendiera, porque tenía las manos ocupadas. Era Alexander.
- Hola, ¿cómo estás?- Lo saludé, Rosé me miró, y musíté 'tu papá', tapando el teléfono para que el no escuchara.
- Bien... ¿Está Roseanne contigo?
- Si, pero tiene las manos sucias.- Rosé ensanchó la mirada y comenzó a reírse. Me tomó cinco segundos entender el doble sentido de la oración. Te la pongo en altavoz.
- Hola, papá.- Saludó.
- ¿Cómo estas, hija? ¿Qué tal las clases? ¿La universidad?
- Bien, bien. Todo es genial... Suelta eso.- Me reprendió Rosé, al ver que yo estaba intentando agarrar un brownie de nuevo.
- ¿Y tú, Jisoo?
- También, me gusta muchísimo la carrera.
Rosé sonrió, y fijó su mirada con la mía. Segundos después, bajó hasta mis labios, y volvió a sonreír. Sentí como de manera inconsciente, correspondía el gesto y pronto, las dos estábamos sonriéndonos como idiotas sin ninguna razón.
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HERE } ChaeSoo - ADAPT (Finished)
RomanceSECUELA DE GONE. Cuando somos niños y aprendemos a caminar, parecemos estar inconformes con eso, no queremos dar pequeños pasos o que alguien nos lleve de la mano, no, queremos hacer mucho mas. Y es por ello es que empezamos a correr. Corremos de lo...