Un Programa de Doce Pasos hacia la Omnipotencia

Capítulo 22: Interludio 4 - Consecuencias

Consecuencias - Parte I

30 minutos después de la masacre

La cacofonía que lo rodeaba era un mar de ruido que chocaba inútilmente contra su compostura férrea mientras se dirigía hacia su objetivo, el asfalto roto crujía debajo de sus botas de combate negras, evitando los tramos de carretera aún resplandecientes y los ocasionales accidentes automovilísticos quemados mientras avanzaba. fuimos.

Afortunadamente, los cuerpos ya habían sido retirados de la escena, por lo que no necesitaba pasar sobre los cadáveres para alcanzar su objetivo esta vez.

No es que realmente tuviera un problema con eso (después de todo, se había visto obligado a hacerlo con bastante frecuencia en su larga carrera), pero dejó aproximadamente treinta cuerpos a la intemperie, justo a la vista del ejército de periodistas que apenas fueron retenidos. acorralado por los cordones policiales, era algo de lo que preferiría prescindir.

A medida que se acercaba a las ruinas que solo esta mañana había sido la sede de Titan Solutions, se vio obligado a armarse de valor ya que los restos humeantes aún emitían ondas de calor.

Incluso dentro de sus indestructibles uniformes de cuero nuevos, los bomberos que limpiaban los escombros seguían sudando como una bala mientras se abrían paso lentamente entre los restos quemados, rociando los puntos calientes a medida que avanzaban.

Sintió una extraña especie de afinidad con ellos, sintiendo como si él también estuviera caminando de un fuego a otro, apagándolos lo más rápido que podía, pero cada vez que se daba la vuelta se daba cuenta de que algo más estaba ardiendo en su interior. mientras tanto.

Con suerte, si pudiera aprovechar esta conversación de la manera que quería, al menos podría imponer cierto control sobre el responsable de algunos de esos incendios (aunque sus experiencias con Tony Stark le dijeron que no se hiciera ilusiones). ).

Se había acercado lo suficiente a su objetivo ahora que podía ver que el hombre estaba hablando con alguien en lo que parecía ser un comunicador holográfico. Le tomó unos momentos antes de que reconociera a la persona del otro lado, pero, de nuevo, hasta ahora había pensado que todavía tenía ambos ojos.

"Jeri, te prometo que pasaré tan pronto como pueda, ¿de acuerdo? Por ahora, quédate quieto, no te vayas a casa. Si el asesino fue lo suficientemente audaz como para atacarte en el trabajo, entonces definitivamente lo hará". Sé lo suficientemente audaz para atacarte en tu casa también. Al menos en el trabajo, estarás al aire libre, lo que hará que sea más difícil para él volver a atacar. Enviaré a dos guardaespaldas de inmediato, ¿de acuerdo? "

Hogarth, con el ojo derecho cerrado mientras ese lado de la cara estaba salpicado de sangre, claramente no le gustaba que le ordenaran permanecer a la intemperie después de lo que parecía ser un atentado fallido contra su vida (y maldita sea, él ya había tenido suficiente en su lugar sin preocuparse por los asesinatos también), pero ella asintió secamente de todos modos.

Ella abrió la boca para hablar, pero justo en ese momento algo de grava crujió debajo de su bota y vio que su objetivo se ponía rígido.

"Tengo que irme ahora, Jeri. Solo confía en mí, ¿de acuerdo? Todo estará bien, me aseguraré de ello".

"Bien. Mantente a salvo".

"Tú también."

Y con eso, la conexión se cortó, y su objetivo se levantó de la pequeña pila de escombros en la que había estado sentado, dándose la vuelta mientras deslizaba la placa de vidrio en el bolsillo del guardapolvo de cuero que llevaba, junto con un par sucio. de pantalones cargo.