Un Programa de Doce Pasos hacia la Omnipotencia

Capítulo 8: Prueba de la Mente

Prueba de la mente

" NO TIENES DERECHO AL PODER QUE LE HAS ROBADO A MI PUEBLO " .

Trato de tragar, pero descubro que mi garganta está demasiado seca mientras trato de encontrar formas de salir de esto, al menos con vida y, con suerte, con las mejoras de la Hierba.

Por el más breve de los milisegundos, la idea de mentir pasa por mi cerebro, pero en el momento exacto, Bast se lanza hacia adelante en un gran tsunami de humo más rápido de lo que el ojo puede ver, y caigo de rodillas, incapaz de respirar o respirar. incluso permaneciendo de pie debido a la sensación de miles de toneladas de peso de repente presionando cada centímetro de mi cuerpo.

Puedo decir que ella ni siquiera está haciendo nada: esto es únicamente el efecto de lo que estoy empezando a pensar es que mi alma está tan cerca de la presencia de un dios.

Entonces, la honestidad es probablemente la mejor política aquí.

"No Bast, yo no". Respiro con las últimas moléculas de aire que habían estado presentes en mis pulmones comprimidos, el peso de su aura me impide tomar una nueva respiración (lo que una pequeña parte desconectada de mí nota que es extraño, considerando que esta es mi alma y por lo tanto ni siquiera debería necesitar respirar, pero probablemente sea mi mente traduciendo cualquier fuerza metafísica que su presencia esté aplicando a mi manifestación metafísica de mí mismo. O algo así).

Bast permanece completamente inmóvil durante unos momentos, los dos soles brillantes de luz que representan sus ojos miran siniestramente mi cuerpo encorvado desde los pisos por encima de mí, sin piedad. Lentamente, ella se aleja de mí, permitiendo que su presencia se eleve lo suficiente como para que tome grandes bocanadas de aire, pero no lo suficiente como para que el peso desaparezca por completo, quedando como un recordatorio siempre presente de cuán precaria es mi posición.

" NUNCA SERÁS MI CAMPEÓN " .

"¿Q-qué... eso... significa?" Me las arreglo para jadear, estabilizando lentamente mi respiración, aunque sigo inclinado ante la Diosa Pantera, haciendo todo lo posible para no ofenderla más.

" SIGNIFICA, PLANEWALKER, QUE EL PODER DE LA PANTERA NEGRA NO SERÁ TUYO PARA RECLAMAR. TE MATARÉ DONDE ESTÉS POR TUS CRÍMENES CONTRA WAKANDA " .

La indignación amenaza con brotar dentro de mí, pero una suave flexión de las bandas que aún presionan alrededor de mi pecho y en mi hombro rápidamente me desengaña de esa idea. Aun así, no puedo dejar pasar esto sin una apariencia de protesta.

"¡Me comí la planta! ¡Sus poderes me pertenecen ahora! ¿Por qué tienes derecho a decidir quién puede usar su poder y quién no?"

" PORQUE SOY UNA DIOSA, ATADA A LA MISMA TIERRA QUE LE DA A LA HIERBA SUS PODERES. Y AHORA, ES MOMENTO DE QUE TU HISTORIA LLEGA A CIERRE " .

Con eso, Bast se alza, un gran rascacielos ondulante de humo y sombras, sus ojos púrpura se elevan infinitamente, una pata tan grande como una casa suburbana levantada en preparación para hundirme en el olvido.

"¡ESPERE!"

Solo después de unos tensos segundos (durante los cuales Bast aún no me ha matado) abro un ojo vacilante y me doy cuenta de que fui yo quien gritó. Continuando rápidamente con una cascada de palabras antes de que pueda perder los nervios (o la vida), trato de rogar a la Diosa Pantera.

"¡Puedo hacerlo mejor! ¡Puedo demostrar que soy digno de su poder! ¡Por favor, no me mates!"

En lo alto de la oscuridad sobre mí, Bast inclina la cabeza.